Asusta la
rapidez con la que está cambiando todo.
El mundo está viviendo una metamorfosis, es algo que está ocurriendo ya y es excesivamente
rápido para tener un proceso de adaptación. El tsunami del cambio llega con tal
fuerza, que construir muros de defensa será
harto difícil. El ser humano no está ni preparado, ni constituido para
ralentizar un proceso que viene dado por las nuevas tecnologías, por las
migraciones, por el pueblo que exige lo que por derecho de vida debía
corresponderle, una amalgama de jóvenes y viejos, los primeros “revolucionados” y los viejos de
forma pasiva miramos con estupor, como
algo está pasando de difícil solución. Parece como si hoy viviésemos en una
selva donde solo se pueden salvar los “Tarzanes y la monas Chita,” igual a
decir, los más fuertes y los que mejor se adapten y estén preparados para algo
que está llegando y parte ya está aquí.
Las universidades preparan a sus alumnos
en especialidades que terminada la carrera estarán desfasadas. Los
gobiernos se debaten desconcertados; ayer fracasó el Comunismo, no porque su fundamentación
no fuera aceptable, fueron las personas que alteraron sus bases y que distorsionando lo que debió ser,
crearon una oligarquía surgida del proletariado que se embriago de poder. Hoy ha fracasado el capitalismo de libre
mercado, instaurado en las democracias que hubiera sido una solución a la
pobreza de forma relativa, donde el proletariado pudiera vender su trabajo de
forma más justa. Nuevamente las personas han contaminado sus cimientos con una
corrupción expansiva. El sistema está dañado, máximo cuando el capitalismo se
debate en una crisis por lo que el empleador trata de comprar trabajo lo más
bajo que le sea posible y que el empleado, obligado, acepta. Se establece el vender el
trabajo de forma esporádica, esperando
vanamente que el sistema los acomode. Es
una situación donde surgen de nuevo las tendencias populistas levantando el
antiguo puño, prometiendo un futuro donde el proletariado dependa del sistema
creado por ellos mismos. Serian los gestores del sistema organizado por un
gobierno que determina la proporcionalidad del reparto, aunque claro, se
impondría el pensamiento único. El
proletariado individuo, tendría desde su infancia que estructurarse en las
escuelas para adaptarse al sistema. Esto ya pasó y aunque cambien de
color ya fracasó. La realidad es, que para comer, vestir, tener una casa, un coche, frigorífico, lavavajillas, lavadora, tener hijos y algún que otro
capricho. haría falta partir de cero, abrir un poco el puño y pactar con el
capitalismo, algo que acomodase a ambos, unos a ganar un poco menos y otros ganar
un poco más, para poder comprar a las multinacionales lo que producen que no
pueden almacenar. Es una utopía pero algunos podrían llegar a hacerlo posible
aunque en la estructura piramidal siempre habrían unos encima de otros
Es lo que yo
haría: salvaguardar la democracia depurándola en las escuelas, ya, y hacer un pacto de mejor entendimiento
con el capital ya que el interés es mutuo. ¿Y ya está solucionado? pues… no. Las
migraciones intentando vivir, o sobrevivir
en su “nuevo mundo” donde el individuo que los ve llegar no está preparado para dar parte de lo suyo,
más si la persona es diferente. La religión es otro problema más complejo, que
no lo resuelve ni DIOS y lo demás tampoco…o si. Algo si ha de cambiar, sea
bueno, malo, o en el mejor caso regular el problema será el adaptarse. Yo, ya
soy hoy un “inadaptado”. El tsunami de
la tecnología ya paso sobre mí, aunque mi salvavidas, (mi vejez) me ha dejado
sobrevivir un poquito para poder ver desde mi balcón lo que está pasando.
Adolfo