Sahara: EE.UU., Francia, Marruecos … y España
por José
María Manrique
Cómo se entregó la provincia
|
… Los hombres de la CIA (Central
Intelligence Agency) están detrás de casi todos los principales
acontecimientos políticos y militares de nuestra historia reciente (…) los
norteamericanos mantienen hilo directo con Laureano López Rodó y apoyan
también la “Operación Lolita”, que prepara a Juan Carlos de Borbón para
suceder al Generalísimo. Inmediatamente después de subir al trono, el primer
viaje oficial del monarca le lleva a Estados Unidos, donde recibe el
espaldarazo del Imperio. El rey mantiene siempre excelentes relaciones con
sus mentores del otro lado del Atlántico. Colabora con ellos en la entrega
del Sahara a Marruecos, cuando todavía es el “heredero” designado por Franco
…
(Alfredo Grimaldos en su
libro La CIA en España. Espionaje, intrigas y política al servicio de
Washington. Editorial Debate, Madrid, 2006)
… La llamada descolonización se hizo en unas condiciones
humillantes para España y aprovechando la enfermedad de Franco
(Coronel Luis Rodríguez de Viguri, Secretario General del
Gobierno del Sahara en declaraciones al Diario Las Palmas de 15 de
enero de 1976)
(El Ministro Antonio Carro) “más” que negociar lo que hizo fue entregar, claudicar
ante Marruecos la dignidad de España; lo que se ha pisoteado no es el honor
del Ejército, sino el de España.
Antecedentes
lejanos
El África
Occidental Española (AOE), territorio que tomó forma definitiva en los años
30 del pasado siglo, tras cientos de años de intermitente presencia española
tras la Reconquista, siempre ha estado conexo con nuestra patria, y Portugal,
incluso teniendo en cuenta las previas invasiones almorávides del siglo XI.
Los
ingleses siempre ambicionaron las Canarias y su entorno, estableciendo
incluso puestos y fuertes en la costa africana, tanto en lo que los españoles
llamábamos Santa Cruz de Mar Pequeña (Ifni; Geroge Glass, 1746) como en
Tarfaya (Mac Kencie, 1846). La imposición anglofrancesa de los límites de
influencia concedidos a España (tratados hispano franceses de 1900 y 1902,
Conferencia de Algeciras de 1906, y tratado francoespañol de 1912), redujeron
nuestra presencia a la limitadísima Zona Norte del Protectorado de Marruecos,
la Zona Tarfaya o Cabo Juby, al Norte del Sahara y lindante con él (Zona Sur
del Protectorado), el propio Sahara (Territorios de Saguia El Hamra al Norte
y Río de Oro, al Sur) e Ifni (Tratado de 1860) . Los tres últimos formaban el
AOE.
Durante la
Segunda Guerra Mundial la importancia de Canarias quedó fuera de toda duda y
se realzó la del Sahara, especialmente como punto de apoyo alternativo a los
aviones que cruzaban el Atlántico. Es poco conocido, aunque no menos cierto,
que Estados Unidos firmó un acuerdo secreto con España, en los últimos años
de la contienda, para que se le permitiera establecer una especie de base
aérea en Villa Bens (Tan Tan o Cabo Juby); en este mismo enclave la
administración norteamericana instalará sesenta años después una gran base
para el “Africom”, el 6º Mando Militar Regional de EEUU, situado
provisionalmente en Stuttgart (Alemania).
El 18 de
noviembre de 1955, año del ingreso de España en las Naciones, Unidas los
franceses terminaron con el destierro que habían impuesto al rey de
Marruecos, Mohamed V, lo cual aceleró los movimientos independentistas,
incluso en la Zona Española. Los territorios saharauis [1] al Sur del río Draa (Zona Sur
del Protectorado) históricamente nunca habían formado parte de Marruecos,
dándose el caso de que ese reino nunca llevó sus reclamaciones sobre Tarfaya
al Tribunal Internacional de Justicia de la Haya.
El 17
diciembre de 1957, Foster Dulles, Secretario de Estado de Estados Unidos,
reiteró a Franco que su nación quería que cediera ante Marruecos y que el
armamento cedido por los Tratados de 1953 no podía usarse en la guerra
“colonial” que acababa de estallar. Aquello trajo como consecuencia que el 10
de enero se declararan provincias españolas los territorios de Ifni y Sahara.
Los nativos de aquellas provincias serían a partir de entonces españoles de
pleno derecho; muchos de ellos aun conservan el DNI español (documento
nacional de identidad).
Aquella
guerra tuvo importantes combates en el Sahara. Como consecuencia de la misma,
España, en un gesto difícilmente explicable salvo por presiones externas,
entregó Cabo Juby, perdiendo, de hecho el control de gran parte del
territorio de Ifni (poco después también cedido), creando un peligroso
precedente de cesión ante los golpes de fuerza.
El 22 de
julio de 1969 Juan Carlos fue designado sucesor a título de rey, con el
provisional de príncipe de España; al día siguiente se ratifica el
nombramiento ante las Cortes con su solemne juramento de guardar y hacer
guardar las Leyes Fundamentales del Reino y los Principios del Movimiento
Nacional (el 22 de noviembre de 1975 volvería a hacer un juramento similar).
En enero de 1971 Juan Carlos visitó los EE.UU., siendo recibido con honores
de jefe de estado; la visita la había propiciado Lord Mountbatten, masón reconocido,
cerca del Secretario de Estado, William Rogers, y el Presidente Richard
Nixon [2] .
Con esta
rápida visión de conjunto se han presentado los actores del drama saharaui,
haciendo hincapié en los intereses sajones y franceses, presentes desde
antiguo.
El largo
camino de la Marcha Verde
Para
muchos observadores, superficiales o interesados, la inestabilidad de
Portugal tras “la revolución de los claveles”, y la avanzada edad de Franco,
impulsaron a Estados Unidos a buscar una solución a la zona saharaui. La
verdad es que aquello no era más que parte de los intereses que coincidían en
la zona, empezando por el estado marroquí y continuando por Francia, su
mentor. Así mismo la URSS ambicionaba asentarse más sólidamente en aquella
parte de África, especialmente a través de Argelia, feroz enemigo de
Marruecos.
Los dos
años anteriores a la muerte del Caudillo hubo un estado permanente agresión
encubierta por parte de Marruecos, sin duda alentado por los coincidentes
apoyos franceses y norteamericanos.
Franco, el
21 de septiembre de 1973, dijo a la Yemáa, la Asamblea de Notables saharauis
(Carta a la Yemáa, enviada a la ONU como justificación de la
política descolonizadora del gobierno español):
El Estado
Español reitera y garantiza solemnemente que la población del Sahara
determinará libremente su futuro. Esta autodeterminación tendrá lugar cuando
lo solicite libremente la población, de conformidad con lo expuesto por la
Asamblea General de la ONU. El Estado Español garantiza la integridad
territorial del Sahara.
Una semana
después, el 27 de septiembre, el ministro López Rodó afirmó ante la ONU:
En dos o
tres años (los saharauis) ejercitarán la autodeterminación y podrán ser un
estado independiente.
El 20 de
agosto de 1974 el Gobierno Español envió el siguiente mensaje al Secretario
General de la ONU:
El
Gobierno Español celebrará un referéndum, bajo los auspicios y
garantías de las NN. UU., dentro de los seis primeros meses de
1975 [3] .
Ocho días
después, Hassan II manifestó, por radio y televisión, que tomaría el té en El
Aaiún, a la vez que enviaba unidades acorazadas a la frontera Sur. Aquello
produjo el despliegue casi permanente de las unidades españolas en el Sahara.
En los
meses siguientes se produjeron una serie de ataques, fundamentalmente
marroquíes, a través del FLUS (Frente de Liberación y Unidad del
Sahara) y también con unidades regulares, así como del proargelino Frente
Polisario; en total fueron unas veinte acciones que causaron decenas de
muertos y heridos [4] . Por supuesto, antes también había
habido incidentes, pero en menor cantidad y peligrosidad.
En abril
de 1975 hubo una reunión entre representantes de Presidencia de Gobierno y
del Alto Estado Mayor; pues bien, en la misma los militares del “Alto”
defendieron la entrega del Sahara a Marruecos, apoyándose en que un posible
estado independiente, en manos de un Polisario pro-argelino, haría que el
MPAIAC (Movimiento Para la Independencia y Autodeterminación del Archipiélago
Canario) se fortaleciera, además de que las concesiones a Marruecos haría que
éste se olvidara de Ceuta y Melilla; también se distorsionaron los estados de
opinión de las guarniciones españolas en el Territorio, rebajando la moral de
las tropas y apuntando también, falsamente, los deseos de entrega [5] . Gutiérrez Mellado estaba destinado
entonces en el AEM en el empleo de General de División.
El 14 de
mayo visitó Aaiún la Delegación de la ONU, produciéndose multitudinarias
manifestaciones a favor de la independencia.
Por
documentos desclasificados muchos años después, se ha sabido que el 21 de
agosto de 1975 el Departamento de Estado norteamericano dio luz verde a un
proyecto estratégico secreto de la CIA, financiado por Arabia Saudí, para
arrebatar el Sahara [6] ; aquellos 270.000 Km2 eran
vitales desde el punto geoestratégico, además de ser muy ricos en pesca,
fosfatos, hierro, petróleo y gas. El plan, que se gestó en Londres,
consistiría en invadir la zona, mediante una marcha “pacífica” de unos
300.000 ciudadanos marroquíes que se harían pasar por antiguos habitantes del
territorio, para forzar la voluntad de resistencia española. El 6 de octubre
el Servicio de Inteligencia del Ejército español informó al Caudillo, que
tenía su salud ya muy resentida, de los planes de EE.UU. en relación con el
Sahara; la noche del 12 Franco sufrió un infarto de miocardio y en días
posteriores varias anginas de repetición, quedando su corazón muy debilitado.
La
Comisión de la ONU que había visitado recientemente el Sahara concluyó el 15
de octubre que:
Se ha
comprobado que la población, o por lo menas la casi unaminidad de las
personas que ha consultado, se ha pronunciado a favor de la independencia y
en contra de las reivindicaciones de Marruecos y Mauritania.
Un día
después, el Tribunal Internacional de La Haya estableció que no había ningún
vínculo de soberanía territorial entre el Sahara Occidental, por una parte, y
el Reino de Marruecos o Mauritania por otra. Hassan II respondió anunciando
la “Marcha Verde”.
El 17 de octubre
Franco presidió, monitorizado y bajo vigilancia médica, su último Consejo de
Ministros; en el mismo se abordaron las cuestiones del Sahara
Occidental. Durante el mismo Franco declaró la guerra a Marruecos [7] ; sus palabras fueron: “declararemos
la Guerra a Marruecos aunque dure 10 años”; a continuación sufrió un infarto
de miocardio y Arias, Jefe del Gobierno, hizo caso omiso a la orden del Jefe
del Estado; seguramente a esta jornada pertenecen las frases que pronunció en
su ya estado agónico: “¡que llamen a Yagüe!”, sin duda recordando en su
delirio al general “que lo arreglaba todo”. En aquel mismo Consejo de
Ministros, más tarde, se tomó la decisión de abandonar el Sahara [8] .
El 20 de
octubre la ya precaria salud del Generalísimo empeoró ostensiblemente al
sufrir un nuevo ataque al corazón. Al día siguiente el príncipe Juan
Carlos de Borbón se negó a aceptar la Jefatura del Estado con carácter
interino, solicitando plenos poderes, sin duda para poder actuar en el Sahara
con libertad.
Carlos
Arias Navarro, Presidente del Gobierno desde el sombrío asesinato del
Almirante Carrero, había establecido ya el día 18, bajo la clasificación de
máximo secreto, la fecha del 10 de noviembre para el inicio de la “Operación
Golondrina”, es decir, la retirada de las fuerzas militares españolas del
Territorio. Aquel mismo día tres vehículos del 3º Tercio cayeron en un campo
de minas tendido por los marroquíes en Temboscai (al Norte de
Dahora-Haunía), muriendo un legionario y resultando heridos cuatro más,
incluido un capitán.
El día 21
se intercambiaron prisioneros con el Frente Polisario y el 22 se reunieron en
Mahbes el General Gómez de Salazar, Gobernador del Sahara, y representantes
del Polisario [9] : prácticamente se les ofreció la
independencia (que era la idea de siempre del Gobierno Español), pero, como
dijo el Coronel Rodríguez de Viguri: Madrid nos engañaba a nosotros,
porque, mientras intentábamos (los del Gobierno del Sahara) hacerlo
todo bien, ellos pactaban con el lobby marroquí, que fue quien al final ganó.
Ese mismo día el Presidente del Gobierno español, Arias Navarro, mandó a
Solís Ruiz a Rabat, prometiendo negociaciones sobre el tema en cuanto la
situación del Caudillo mejorara.
El “lobby”
promarroquí lo formaban el príncipe, el presidente del Gobierno, el ministro
de la Presidencia Antonio Carro Martínez y el ministro José Solís Ruiz, con
el respaldo de sectores del Alto Estado Mayor, especialmente del hombre
fuerte de los servicios secretos desde la más inmediata posguerra, el General
Manuel Gutiérrez Mellado, el cual no tenía rival desde que el SECED (Servicio
Central de Documentación) de Carrero-San Martín desapareció, en la práctica,
tras el nunca verdaderamente investigado asesinato del Almirante.
El Boletín
Oficial del Estado del día 25 de octubre publicó el proyecto de ley de
descolonización del Sahara.
La Marcha
Verde comenzó, en territorio marroquí, el 26 de octubre. Toda la
planificación operativa y la organización logística habían corrido a cargo de
técnicos norteamericanos.
El 30 de
octubre de 1975 Juan Carlos de Borbón se hizo cargo de la jefatura del Estado
Español, según el artículo 11 de la Ley Orgánica del Estado. Al día siguiente
presidió un Consejo de Ministros en La Zarzuela, con el Sahara como tema casi
monográfico y asistiendo como invitado el Jefe del Alto Estado Mayor, Carlos
Fernández Vallespín; el príncipe manifestó su férrea determinación de ponerse
al frente de la situación, pero ocultando que ya había enviado a Washington
su hombre de confianza, Manuel Prado y Colón de Carvajal, para solicitar la
ayuda de Henry Kissinger [10] , además de la conocida visita de
Solís a Rabat. Sin duda era consciente de que una guerra en aquellos momentos
podría precipitar los acontecimientos al estilo de Portugal, dada la
oposición norteamericana y francesa, a la que se podría sumar la soviética;
además, el recuerdo de la casta guerrera que se formó en la Guerra de África
entre 1909 y 1921 no era, para muchos, nada tranquilizador.
El Washintong
Post de 3 de abril 1983 publicó que, en 1975, el entonces secretario
de Estado, Henry Kissinger, hombre ligado a la Trilateral y a la banca judía,
forzó la retirada de España del territorio del Sahara “en condiciones y bajo
formas penosas”, y que el acuerdo de Madrid para su entrega a Marruecos fue
negociado por el subdirector de la CIA, Vernon Walters (el cual lo reconoce
en “Silent Missions”) [11] .
Uno de los
primeros actos del príncipe como Jefe de Estado en funciones fue firmar una declaración
de principios relativa a la renovación del Acuerdo con los Estados Unidos.
Carrero Blanco quería elevar el acuerdo a la categoría de tratado y desde su
asesinato estaba pendiente el asunto.
El
Secretario de Estado norteamericano, último responsable de la Marcha Verde,
intercedió ante Hassan II y en las siguientes horas se pergeñó un pacto
secreto por el que Juan Carlos se comprometía a entregar el Sahara Español a
Marruecos (tras unas amañadas conversaciones políticas en Madrid), a cambio
del total apoyo político americano en su próxima andadura como “rey
democrático” de España [12] .
Aquel día
30 se desarmó a los soldados nativos de Nómadas y la Policía.
El 2 de
noviembre el príncipe visitó El Aaiún en un viaje sorpresa. En el Casino
Militar dijo a los oficiales de las tropas allí destacadas: España no
dará un paso atrás, cumplirá todos sus compromisos, respetará el derecho de
los saharauis a ser libres … No dudéis que vuestro comandante en
jefe estará aquí, con todos vosotros, en cuanto suene el primer disparo.
La Marcha
Verde, portando bastantes banderas norteamericanas, invadió la provincia
africana española el 6 de noviembre, penetrando unas 300.000 personas algunos
kilómetros, hasta los campos de minas españoles; España dio un ultimátum a
Marruecos y, posteriormente, alegó que la Marcha no ha invadido la “frontera
militar”, como si con esa excusa no hubiera pasado nada. Mientras Franco
estaba agonizando, el Gobierno hasta se permitió la desvergüenza de
enviar al Ministro de la Presidencia en visita de cortesía a los campamentos
marroquíes. La ONU, aparentemente incómoda y desinformada, urgió a Marruecos
a retirarse y a respetar la legalidad internacional. El día 9 Hassan II dio
por alcanzados todos sus objetivos en el Sahara y, en espera de las
conversaciones de Madrid retiró los campamentos de la Marcha Verde a Tarfaya.
Argelia protestó y retiró su embajador en Rabat. Los polisarios,
y los saharauis en general, traicionados por España, se aprestaron a la
lucha.
Los
Acuerdos de Madrid
El 12 de
noviembre de 1975 comenzó la Conferencia de Madrid entre España, Marruecos y
Mauritania, con EE.UU. en la sombra. Dos días después se produjo la
Declaración de Madrid sobre el Sahara y se hicieron públicos los Acuerdos de
Madrid [13] : se entregó a Marruecos toda la
parte Norte de la provincia española, unos 200.000 kilómetros cuadrados de
gran importancia geoestratégica y de aguas y subsuelo muy ricos, y a
Mauritania, que los abandonará apenas tres años después en beneficio de su
poderoso vecino del norte, los 70.000 km. cuadrados del Sur, los más pobres e
improductivos. Todo se tejió entre bastidores por la CIA, el Departamento de
Estado norteamericano y los servicios secretos marroquíes, sin que las Cortes
y el pueblo español tuvieran, en gran medida, participación en el asunto;
incluso el ministro Carro, mientras se
discutía el día 18 el proyecto de ley de descolonización del Sahara en las
Cortes, llegó a afirmar que España no había firmado ningún compromiso con
Marruecos. Nunca se había traicionado de una forma tan perversa a sus
propios ciudadanos, y los saharauis lo eran en 1975, ni entregado a un
envalentonado enemigo territorios de soberanía nacional, acuartelamientos,
armas y bagajes.
El Sahara
fue ignominiosamente entregado en 1975, bien es verdad que eludiendo la
última voluntad de Franco, traicionando a aquellos peninsulares y nativos que
allí habitaban, españoles de hecho y de derecho todos, a nuestro ordenamiento
jurídico y al internacional, y creando un precedente y una situación
estratégica que lastra, y lastrará, gravemente la vida nacional.
Los
Acuerdos de Madrid comprendían los convenios firmados entre España-Marruecos-Mauritania,
entre España-Marruecos y entre España-Mauritania. El principal es el
denominado “Declaración de principios entre España, Marruecos y Mauritania
sobre el Sahara Occidental”, el cual nunca fue publicado en el Boletín
Oficial del Estado (BOE) aunque se comunicó a las Naciones Unidas y
puede consultarse en la colección United Nations Treaty Series.
Por el mismo “España procederá de inmediato a instituir una Administración temporal en
el Territorio, en la que participarán Marruecos y Mauritania en colaboración
con la Yemaá y a la cual serán transmitidas las responsabilidades y poderes”
que ostentaba Madrid como potencia administradora. Comenzaba la
operación Golondrina, el abandono del Territorio, el cual se
consumaría el 26 de febrero de 1976, dos días antes de la fecha fijada en los
acuerdos para la terminación de la presencia
española.
Los
convenios tenían diversos anexos secretos, alguno de los cuales fue publicado
en la revista Interviú ya citada. En materia económica se
entregó a Marruecos, sin compensación alguna, todas las instalaciones para la
explotación y exportación de fosfatos, así como el 65% de las acciones de la
empresa Fos Bu-Craa. En pesca Marruecos permitiría que 800 barcos españoles
faenasen durante 20 años en las condiciones que tenían en 1975. Jurídicamente
se delimitaban las aguas españolas en el Atlántico Occidental. Además, Rabat
se comprometía a renunciar a la reivindicación de Ceuta y Melilla. Consideren
ustedes en qué ha quedado todo aquello.
Como dice
el citado Carlos Ruiz
Miguel,
Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Santiago de
Compostela [14] : “El contexto jurídico de los
Acuerdos de Madrid resulta especialmente escandaloso, en el plano del Derecho
interno y en el del internacional. En el primero de ellos, el documento
fundamental es la ley de descolonización del Sahara, de 19 de noviembre de
1975, que se publicó deprisa y corriendo el día de la muerte de Franco. En
ella se autorizaba al Gobierno a emprender negociaciones con vistas a la
descolonización del Sahara. Sin embargo, el acuerdo secreto de Madrid,
fechado el 14 de noviembre de 1975, estipulaba lo que sigue en su artículo
6: Este documento entrará en vigor el mismo día en que se publique en
el Boletín Oficial del Estado la
A esta
ilegalidad, según el Derecho nacional, se suma su ilegalidad internacional.
España, como potencia administradora, sólo tenía dos opciones para liberarse
de su responsabilidad: proceder a la descolonización, y eso sólo podía
hacerse mediante un referéndum de autodeterminación, o no descolonizar pero
transferir la administración del territorio al Consejo de Administración
Fiduciaria, de acuerdo con el artículo 77.1.c de la Carta de las Naciones
Unidas. España pretendió descolonizar sin hacer ninguna de las dos cosas, por
lo que incurrió en una doble ilegalidad.”.
Es
absolutamente ilegal que España transfiriera unilateralmente su cualidad de
potencia administradora a una entidad tripartita [15] . Y hay que recordar que la resolución 3458 B de la Asamblea General de la ONU, de
10 de diciembre de 1975[16] , exige a los firmantes del acuerdo
tripartito de Madrid que cumplan con lo que el acuerdo evita: la celebración
de un referéndum de autodeterminación .
Al final,
la guerra. Y sus consecuencias
La primera
visita de estado que hizo el rey fue a Estados Unidos, entre el 2 y el 6 de
junio de 1976, siendo presidente Gerald Ford.
Para
entonces, la guerra entre el Polisario y las fuerzas armadas marroquíes y
mauritanas era ya una realidad sangrienta
El
Polisario, creado a imagen y semejanza del sanguinario Frente de Liberación
Nacional argelino (FLN), y equipado por Argelia, resultó un movimiento
ferozmente inhumano, quizás como derivada de su componente marxista. A
Mauritania la hizo retirarse de la lucha en apenas dos años. A Marruecos le
costó muchos más años asegurar militarmente gran parte del territorio, y
millones de dólares americanos y saudíes, además de lastrar su economía por
décadas, el levantar los inmensos muros defensivos y equiparlos.
El origen
de los muros está el la sangrienta carga que el Polisario impuso a las FAR
(Fuerzas Armadas Reales). Por ello, en 1981, Marruecos, aconsejado por
militares israelíes, comenzó la construcción de un muro de arena con
vigilancia electrónica: el proyecto Medusa. Pero no era
suficiente y el General Dlimi, uno de los pocos hombres de confianza de
Hassan II, entró en tratos con Lucien Becker, director de la consultora
francesa, quien propuso que Marruecos construyese una bomba atómica. Los
marroquíes estaban convencidos de que los fosfatos, abundantes en su
subsuelo, podían transformarse en uranio enriquecido. En un informe, Becker
propuso la formación de sociedades instrumentales, sobre todo en Francia y en
Gran Bretaña, para disimular la construcción nuclear. El consultor calculó el
coste del proyecto en 30 millones de dólares. A cambio del dinero y del
esfuerzo, Rabat recibiría, según el consultor, no sólo la derrota definitiva
del Polisario, sino, también, la hegemonía regional. El proyecto, que se
bautizó como Gazogène, no se realizó por diversos motivos
económicos y políticos.
También
España pagó en sangre la situación creada. Veamos algunos de los crímenes
polisarios [17] .
Raimundo
López, electricista de Fos Bucraa, fue asesinado el 10 de enero de 1976 en un
atentado terrorista, y su compañero Francisco Jiménez quedó ciego.
El 7 de
abril de 1977 fue ametrallado el pesquero Pinzales, causándole varios heridos
graves.
El
pesquero Cansado Palomas fue abordado el 22 de abril de
1978, capturando el Polisario ocho tripulantes, los cuales estuvieron
secuestrados hasta el 14 de octubre del mismo año, recibiendo muy malos
tratos.
El
pesquero Tela fue ametrallado el 16 de agosto de1978, su
patrón Parrilla Curbelo, herido, consiguió huir salvando el barco.
El Cruz
del Mar fue abordado 28 de noviembre de 1978 y, de sus diez
tripulantes, siete fueron asesinados, incluido el muchacho de catorce años
Sebastián Cañada García. Los otros tres se salvaron huyendo a nado [18]. El barco fue volado.
El 1 de
noviembre de 1980 el Mencey de Abona desapareci con catorce
pescadores estando la mar en calma. Quince días después un pesquero coreano
encontró, en aguas saharauis, dos de sus tripulantes muertos, atados de pies
y manos.
El barco
congelador Montrove desapareció, con 16 hombres a bordo y
habiendo buena mar, el 19 de julio de 1984. Posiblemente fue
volado.
También se
sospecha que fue volado, el 12 de diciembre de 1984, el pesquero Islamar
III, con 28 tripulantes a bordo.
El
pesquero Junquito y la patrullera Tagomago fueron
ametrallados desde tierra el 22 de septiembre de 1985, muriendo un cabo y
siendo heridos dos marineros y siete pescadores. Los polisarios atacantes
fueron capturados por los marroquíes.
En el
ataque contra el pesquero Los Andes, ocurrido el 22 de julio de
1986, fue muerto otro pescador. Y lo mismo ocurrió con el Puente
Canario el 10 de septiembre del mismo año.
Hubo más,
pero no son de dominio público y no puedo concretar datos.
A las
muertes, heridas y daños en las cosas hay que añadir el expolio del banco
pesquero sahariano por parte de Marruecos, habiéndonos expulsado en la
práctica de él y teniendo que pagar un alto precio por cada licencia que
graciosamente nos concede.
Otra agresión,
indirecta, por supuesto, es la inmigración ilegal. Desde las playas saharauis
parten la mayoría de las “pateras” que llegan a las Canarias. Marruecos,
sabido es, no solo no persigue el tráfico, antes bien, lo alienta: crea
problemas a España, se los quita a él y es fuente de ingresos. Inmigración
ilegal y contrabando de droga afectan igual, e incluso mucho más, a la
Península.
La
apropiación de aguas internacionales tiene otra pesada derivada para España:
ha impedido nuestras prospecciones petrolíferas, siendo otras naciones las
agraciadas con las concesiones que se atribuye Marruecos.
Por
supuesto, las reclamaciones sobre Ceuta, Melilla, Perejil y … lo que haga
falta, han ido aumentando.
Los
intereses en la zona
Ya se ha
comentado la creación de una grandiosa base norteamericana al Norte del
Sahara, frente a Fuerteventura, como sede del Africom. Pero
Estados Unidos tiene muchísimos más intereses, empezando por los de toda
África que ese mando militar tiene que cuidar y terminando por los
específicos de Marruecos, covigilante, con Gibraltar, del estrecho de más
tráfico del mundo, y estado “occidental” dentro del inestable Magreb
amenazado por el integrismo islamista. Las
multinacionales petroleras Total, Fina, Elf y un consorcio de empresas
norteamericanas están haciendo prospecciones en aguas saharauis e instalando
plataformas para la extracción del crudo. Y muchas de las riquezas del
subsuelo saharaui (fosfatos, uranio, etc) revierten en manos americanas.
Hemos de
recordar que el Sahara occidental es rico en importantes yacimientos de
petróleo, gas, uranio, vanadio, zinc, magnetita, oro, plomo, hierro (se
estima que hay un yacimiento con 70 millones de toneladas)... y los mayores
del mundo en fosfatos, con unas reservas estimadas en más de 1.100 millones
de metros cúbicos de roca fosfática; sólo de la explotación a
cielo abierto de Bucraa (268 km. cuadrados; unas 10.000 toneladas según
ciertas fuentes) se extraen anualmente tres millones de toneladas de roca
fosfática, a pesar de lo cual, en diciembre de 2002 la SEPI renunció a formar
parte del accionariado de la compañía FosBucraa.
A todo
ello, además, hay que unir el importantísimo recurso de la pesca (incluso la
URSS reconoció la autoridad “ de facto” de Marruecos sobre las aguas
saharauis. Y, en el futuro, de la agricultura, pues hay grandes reservas de
agua en el subsuelo.
Con
relación a los fosfatos, el famoso miembro de la CIA Luis Manuel González-Mata,
hizo un profundo estudio de la incidencia de ellos en el mundo [19] , dando por sentado que el “arma
del hambre” existe. A este respecto, Kissinger hizo en 1970 un comentario
escalofriante: “Controla el petróleo y controlarás las naciones; controla los
alimentos y controlarás a los pueblos” (National Security Study Memorandum
200 -NSSM- 200, un proyecto secreto de 1974) [20] . Poniéndonos a finales de los años
setenta del siglo pasado, las explotaciones agrícolas mundiales retiraban de
las tierras cultivadas 450 millones de toneladas de fosfatos al año,
mientras que solo se restituían 23 mediante fertilizantes; en 1975, un país
desarrollado utilizaba una media de 60 kilos de abono por habitante, media
que ser reducía a 7 en los países del tercer mundo; Estados Unidos ya
controlaban por entonces, gracias a la empresa Phosrok y su filial Phoschem
un tercio de la producción mundial de abonos fosfatados, lo que les permitió,
entre 1974 y 1975, subir el precio de la tonelada de 12 a 68 dólares
Por otra
parte está Francia. Esto es tan obvio que, prácticamente, con citar un
titular de prensa se resume todo. “VILLEPIN LO CONFIESA: FRANCIA ES
EL ABOGADO MÁS FERVOROSO DE MARRUECOS. El primer ministro
francés, hechura de Jacques Chirac [21] , reconoce en una
entrevista que Francia es el mayor aliado de Marruecos en la Unión Europea.
Lo que no dice, pero se sabe por experiencia, es que esa alianza se hace a
costa de España” [22] . Es obligado mencionar que Chirac,
como la mayoría de los dirigentes franceses, era masón, con lo que, de nuevo,
vuelve a aparecer la masonería internacional en esta escena.
Pero, no
solo hay intereses extranjeros en la zona, también el grupo de presión de los
españoles que los tienen en Marruecos ha aumentado. Y los mismos son de
muchos tipos. A todos ellos, periódicamente, el rey alauí les reconoce sus
servicios [23] .
La
evolución de la situación legal
En
abril de 2007 saltó a la prensa el escándalo de que el Gobierno Español de
Rodríguez Zapatero, en relación con la pesca, daba carta de naturaleza y
aceptaba las pretensiones marroquíes de propiedad sobre las aguas
saharauis [24] . Como en casi todo lo que hace, la
diplomacia marroquí “no da puntada sin hilo”, por eso, en la mayoría de los
casos, lo menos importante es el huevo y lo que se busca es el fuero. Aceptar
el que Marruecos reparta licencias de pesca, o de prospecciones petrolíferas,
es aceptar que el Reino Alauí tiene soberanía sobre esas aguas
internacionales o sometidas a descolonización. Y lo mismo hay que decir con
relación al reciente caso de Aminetu Haidar: detrás de los engaños y
vergonzosas manipulaciones e imposiciones a nuestros gobernantes está el que
Marruecos ha tratado, y conseguido, que España reconozca [25] , y la Comunidad Internacional con
ella, que en Marruecos impera únicamente la ley marroquí, dando carta de
naturaleza, por vía de hechos consumados, a lo que meramente es una ocupación
ilegal y en contra de los mandatos de la ONU.
Y todo
ello sin olvidarnos de los numerosos “trágalas” a los que somete el rey de
Marruecos a nuestros políticos: todos, “del rey abajo ninguno” sin falta, han
de posar en las fotos oficiales delante de mapas de Marruecos que incluyen el
Sahara y, en ocasiones, Canarias. Sin duda su fina sensibilidad soporta cosas
peores.
Y con
relación al Referendum, clave en el narcotizado proceso de descolonización,
Marruecos, con la inestimable ayuda de Estados Unidos y Francia, sigue
eludiéndolo.
El “Plan
Baker II”, elaborado bajo la dirección de la ONU, era un documento aceptado
por el reino alauí y el Frente
Polisario en el que se preveía una autonomía transitoria para el Sahara bajo
la ocupación marroquí, hasta la celebración del referendum de
autodeterminación en el que el pueblo saharaui decidiría sobre su futuro
político. Pero Rabat, de manera unilateral, ha hecho pública su
intención de presentar ante la ONU su propio plan de anexión pura y dura, en
el que no se contempla ninguna posibilidad para la independencia de los
saharauis. Zapatero ha calificado esta iniciativa marroquí como una “buena
oportunidad”, manifestando así su apoyo expreso.
Desgraciadamente,
así están las cosas, pero, como cualquier mala situación, aun pueden
empeorar, sobre todo si nuestros políticos y hombres de estado no hacen nada
para evitarlo.
Y deben
hacerlo, por justicia y por autodefensa.
·- ·-·
-······-·
José María Manrique
[1] Así sonaba la pronunciación
de “saharauis". También se pronunciaba Sájara (Sahara) y Sagia (Saguia)
[2] “Del autoritarismo a la
democracia, estudios de política exterior española”, por Juan Carlos Jiménez
y Charles Powell; pag 33. Silex Ediciones. Madrid, 2007. a, b.
[3] Para celebrar el citado referéndum de
autodeterminación se confeccionaría el oportuno censo, denominado “censo
español de 1974”.
[4] El 20 de mayo de 1973 se produjo el primer ataque
del Polisario en el pozo de Janquel Quesat, a 42
km. al norte de Edchera. A partir del 26 de enero de 1974 se
produjeron diversos ataques en la zona de Tifariti, Hausa y Edchera.
Este año las Fuerzas Armadas Reales (FAR) marroquíes desplegaron la famosa
Brigada del Golán, que había combatido en Siria contra Israel, y otras
unidades, al sur del río Draa.
En la
noche del 17 de diciembre de 1974 se produjo un hostigamiento polisario al
puesto de Tifariti; a consecuencia de una emboscada posterior a una unidad de
la Policía Territorial, esta unidad tuvo un muerto, 8 heridos y 2
desaparecidos (a); en el consiguiente contraataque
de una patrulla de nómadas y dos secciones legionarias del 3er Tercio
murió el Sargento 1º Legionario D. José Carazo Orellana y resultaron heridos
un cabo y un legionario.
El 21 de
enero de 1975, el marroquí FLUS (Frente de Liberación y Unidad del
Sahara) realizó su primera acción armada contra un puesto de la Policía
Territorial, en la carretera de salida de Aaiún a Smara.
Dos meses
después, el 22 de marzo, se arrojaron varias granadas de mano contra el
cuartel de la Policía Territorial en Aaiún, con el resultado de 36 heridos.
Los agresores confesaron pertenecer al FLUS.
Echdiría y
Mahbes furerons atacada con armas automáticas el 4 de mayo. Rabat atribuyó el
hecho al FLUS.
Dos
patrullas de “Tropas Nómadas” fueron capturados por el Frente Polisario, al
ser traicionados los “europeos” por los soldados nativos. Murió el soldado
Ángel Moral Moral y quince españoles más permanecieron presos cuatro largos
meses, en ocasiones en territorio argelino y sufriendo malos tratos. Ocurrió
el 10 de mayo de aquel 1975. El Polisario (Frente Popular para la Liberación
del Sahara y Río de Oro) era, en la práctica, una creación de Argelia, aunque
contaba con el apoyo mayoritario saharaui.
Dos días
después, el FLUS atacó a una patrulla del 3º Tercio de La Legión, hiriendo a
dos legionarios en la zona de dunas situada entre El Aaiún y Cabeza de Playa.
El 15 de
mayo fueron capturados tres marroquíes que iban a atentar contra la emisora
de radio de Aaiún; Hausa, población del interior, fue atacada por fuerzas del
FLUS, lanzándose dos misiles antiaéreos portátiles SAM-7 soviéticos contra
dos helicópteros UH-1D españoles, que los esquivaron. El 17 varios
camiones civiles fueron ametrallados cerca de Haunía, causando un muerto y un
herido. El 20 fue desactivado un paquete explosivo colocado cerca del Casino
Militar de El Aaiún; se detuvo a los terroristas marroquíes. Terminó mayo con
la ocupación temporal de Guelta Zemur por el Polisario, el día 23, con
deserción de nativos de la Policía Territorial y sin causar bajas.
El 8 de
junio se capturó la 11 Compañía del VII Batallón Meharista marroquí, cerca de
Mahbes y 30 kilómetros dentro de territorio español. Se rindió al verse
cercada por legionarios del 4º Tercio. Al día siguiente Tah fue atacado por
otra compañía marroquí; más al interior, en Hausa, ocho marroquíes desertaron
de sus unidades. El 21 se repitió el ataque a Tah, sufriendo los marroquíes
dos bajas. Tres días después una mina alauita mató al Teniente Luis Gurrea,
al Sargento Diego Cano y a los Artilleros José Otero y Miguel Casanova.
El 25 de
julio una pareja de aviones T-6, que habían descubierto una patrulla
marroquí dentro de nuestro territorio, fueron atacados con dos SAM-7, los
cuales sortearon; ese mismo día los polisarios ocuparon temporalmente el
abandonado puesto de Guelta Zemmur. El 3 de agosto el FLUS atacó en Hausa a
una patrulla paracaidista española, muriendo el Cabo 1º Joaquín Ibarz.
En Hagunía fue capturado, el día 22, un destacamento del Ejército Marroquí
por la patrulla “Grillo” del 4º Tercio. Ese mismo mes terroristas marroquíes
pusieron tres artefactos trampa en Aaiún, matando a cuatro policías
territoriales y al hijo de un dirigente político, todos nativos. El 2 de
octubre una mina destrozó el vehículo del Capitán Jaime Perote y el
legionario conductor, al sur de Sebjat Tah, resultando heridos
ambos. A la semana siguiente, en la zona fronteriza de Hasi Tah,
tres vehículos de la7ª Cía de la VIII Bandera penetraron en un campo de
minas, muriendo legionario Manuel Torres Álvarez, y siendo heridos el Capitán
Martínez Illescas, el Tte. Tapia, el Cabo 1º López Puente y a los legionarios
Vázquez Arias y López de Alba Ruiz.
Poco
después, prácticamente desaparecieron las actuaciones del Polisario, hasta la
retirada de España del Territorio.
[5] Los servicios de inteligencia
españoles, de Antonio Díaz Fernández, página 175; Alianza Editorial. Madrid, 2005.
[6] Los servicios de inteligencia
españoles, de Antonio Díaz Fernández, página 176; Alianza Editorial. Madrid, 2005.
[8] Servicios de inteligencia
españoles, de Antonio Díaz Fernández, página 176; Alianza Editorial. Madrid, 2005.
[9] Revista “Interviú” nº 368, de 1 de
junio de 1983. El número que fue secuestrado y
hoy su rastro es difícil encontrarlo en la “red”, de cuyas páginas ha sido
borrado; véase
[10] Abraham ben Elazarm o Heinz Alfred
Kissinger, más conocido como Henry Kissinger, era un judío alemán nacido en
Fürth (Baviera) en 1923. Con veinte años (1943, en plena guerra entre
EE.UU y Alemania) se nacionalizó norteamericano. Siempre estuvo muy
relacionado con el Centro de Estudios y Proyectos de la Fundación
Rockefeller, de la que obtuvo una beca en 1947, tras pasar por Alemania con
las fuerzas de ocupación y ser, a pesar de su empleo de sargento,
administrador de la ciudad de Bensheim; durante esta etapa estuvo acusado de
ser espía soviético. En sus memorias (The White Hous years, Editorial
Atlantida, Buenos Aires,1979; por cierto, no dedica ni una palabra a Carrero)
reconoce que quien más influyó en su vida fue Nelson Rockefeler, quien le
introdujo en la política de alto nivel en 1955. Con el tiempo fue, junto
con Zbigniew Brzezinski, uno de los dos principales estrategas e
ideólogos de la Comisión Trilateral. Los españoles debemos recordar que se
entrevistó con el Almirante Carrero la víspera de su asesinato; curiosamente,
aquel 1973 recibió el Premio Nobel de la Paz junto con el norvietnamita Le
Duc Tho (como la guerra se prolongó a pesar de los acuerdos de paz, Led Duc
Tho renunció al millonario premio, pero Kissinger prefirió conservar el
dinero). a
[11] Los servicios de inteligencia
españoles, de Antonio Díaz Fernández, página 176; Alianza Editorial. Madrid, 2005.
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UN POCO DE HISTORIA
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