El Raspeig
Adolfo Cano,
excombatiente de Ifni, contará en San Vicente las claves de esta guerra
olvidada
Adolfo Cano,
excombatiente de Ifni (1957-58) aportará su testimonio sobre la última guerra
de España.
6 de mayo de
2016
13:23
Adolfo Cano,
excombatiente de Ifni (1957-58) aportará su testimonio sobre la última guerra
de España. Este vecino de El Campello presentará una exposición fotográfica en
la Sala de Exposiciones de la Calle Cervantes de San Vicente del Raspeig sobre
este conflicto que estará abierta al público del 6 al 26 de mayo y ofrecerá una
conferencia el día 14 en la misma sala, a las 19:00 la cual estará presentada
por Emilio Simarro, caballero Paracaidista en el Sahara (1962
https://youtu.be/OclGQK8SjFA Fotos de la exposición
Adolfo Cano siempre ha defendido que este conflicto se podía haber evitado o al menos mitigado y no haberse cobrado 250 muertos, 40 prisioneros recuperados, 38 muertos cuyos cuerpos no se recuperaron, y más de 500 heridos y muchos que salieron de aquel infierno con secuelas que somatizaron muriendo prematuramente.
Adolfo Cano siempre ha defendido que este conflicto se podía haber evitado o al menos mitigado y no haberse cobrado 250 muertos, 40 prisioneros recuperados, 38 muertos cuyos cuerpos no se recuperaron, y más de 500 heridos y muchos que salieron de aquel infierno con secuelas que somatizaron muriendo prematuramente.
Adolfo,
Cuéntanos como fueron esos primeros momentos en los que te trasladas de tu
Valencia Natal a Ifni.
Adolfo
Cano: Me tocó cumplir el servicio
militar obligatorio(SMO) en Ifni y allí fui con una maleta de madera (la maleta
de madera era en la época la maleta del
SMO) como único equipaje. Yo tenía 20 años y no sabía ni ubicar ese lugar en el
mapa. Nos montaron en un tren en
Valencia que partió a Cadiz, de allí cogimos un barco hacia las Palmas en un
travesía que no fue precisamente un viaje de placer. Embarcamos en un carguero
y tuvimos unas condiciones de la mar horribles que produjeron que el barco
tuviera un problema y no pudiera continuar la travesía. Un barco militar tuvo
que venir a rescatarnos y en alta mar tuvimos que pasar de un barco a otro
trepando por redes de asalto con nuestras maletas de madera casi entre los
dientes, fue una auténtica odisea.
Una vez a
bordo del barco militar nos hacinaron en su bodega donde a causa movimiento del
barco los soldados se devolvían unos encima de los otros y cuando desembarcamos
nos baldearon a todos. Tras hacer escala en la isla de Hierro y Las Palmas nos
dirigimos a Sidi Ifni. Al llegar a su costa permanecimos cuatro días a 300
metros de tierra porque no se podía desembarcar debido a la mala mar. Una vez
se calmaron algo las aguas tuvimos que pasar con redes de asalto a un anfibio
del año de matusalén y para llegar a la playa tuvimos que salir con el agua por
las rodillas y, por supuesto, cargados con la maleta de madera.
E.R.: ¿Cómo
te sentías en esos primeros momentos de tranqulidad y cómo cambió tu percepción
cuando estalló el conflicto ?
A.C.: En
esos primeros momentos, antes del conflicto, por mi corta edad, vivía todo aquello como una gran
aventura. Pero cuando llegó el momento de que tenía que matar a alguien porque
si no te mataban a ti me cambio la visión de todo. Dentro del conflicto uno no
tiene el pensamiento de estar defendiendo la patria, es más bien una cuestión
de supervivencia. Nos habían amaestrado como perros famélicos durante el
servicio militar. Uno no era nadie, llegaba un oficial y te daba dos guantazos
y tenías que tragar. Al individuo lo doblegaban
Podríamos
decir que nuestro servicio militar fue en dos fases. Nada más llegar (el 20
marzo de 1957) había tranquilidad y todo era diferente, el habla, la música,
los olores, nos juntábamos con los nativos. Todos disfrutábamos con ellos del té con
hierbabuena. Pero cuando llega el follón el 23 de noviembre de 1957 a partir de
ahí ya todo se disgrega amigos que estaban en tu compañía los mandan a prestar
servicio en otros puntos.
E.R.: ¿Dónde
estabas destinado?
A.C.: La
Hisitoria suele confundir la Guerra de Ifni con la Guerra de Sidi Ifni. Hazte
una idea de que Ifni es España y Sidi Ifni es Alicante y nosotros estábamos en
Sidi Ifini . Ifni con 1.600 kilómetros cuadrados estaba gestionado por
acuartelamientos militares dispersados por todo el territorio en los que podría
haber del orden de 12 soldados el más pequeño y 140 el más grande. Yo
pertenecía al Grupo de Tiradores de Ifni, junto al cual habían una Bandera de
la Legión y la Policía Militar, algo de sanidad y transmisiones. La guarnición
total para
defender el territorio al inicio era de unos 2200. Los moros sobre 6000 con
armamento más moderno.
E.R.: ¿Cómo
viviste el comienzo de la guerra?
A.C.: Aunque
habían rumores de que de un momento a otro iba a estallar el conflicto el
principio de la guerra, los moros tenían un día “D” y una hora “H”. A mi me
podían haber cortado el cuello de no haber habido un chivatazo gracias al cual
pudimos reaccionar antes del ataque
Antes se
vivían episodios como el ocurrido en agosto de 1957 cuando hubo un atentado en
la playa en la zona donde nos abastecíamos por mar de combustible. Incendiaron
100.000 litros de gasolina. Yo estaba haciendo guardia por la zona, la seguridad de la playa le correspondía a la
policía, y presencie todo el espectáculo. Cuando no, mataban a un capitán o
soldados nativos, o izaban la bandera marroquí en la capital.
E. R.:
¿Tuviste alguna herida de guerra?
La onda
expansiva de un mortero me tiró al suelo y caí sobre una piedra que terminaba
en punta que me produjo un gran derrame y rotura fibrilar en el muslo derecho.
Eso me dolió físicamente, pero ese mismo mortero le abrió el vientre a un amigo
de la compañía y sus gritos de muerte aún los puedo escuchar. La imagen fue
dantesca, al final lo metieron en un camión porque no había ambulancia.
Reanudamos la marcha y pude continuar cojeando mientras tenía caliente el muslo
pero al atardecer la columna realizó una hora de descanso, porque
estábamos cinco días andando. Yo tuve la mala idea de tumbarme y cuando se
reanudó la marcha yo no podía andar. Y entonces es ahí cuando uno se da cuenta
que el organismos tiene unos mecanismos de defensa, la adrenalina y las
endorfinas que llegan a ser más potente que la morfina. Cuando vi que la
columna se iba y que el enemigo estaba muy cerca, acechando, con el mosquetón
como muleta continué la marcha y ayudados por unos y por otros, cuando llegamos
a Sidi Ifni y pasamos de la primera linea de guerra a nuestra zona encontré una
vaguada me acomodé y me tapé con una lona de una tienda de campaña, como
llovió, dormí con las posaderas a remojo, pero ni un resfriado. Ese no fue para
mi el final de la “Operación Netol” Dos aspirinas y un palo como muleta y a
primera linea
E.R.: ¿Cómo
era la comunicación con tu familia?
A.C.: Mi
única comunicación con mi familia era por carta. Mi padre era de Denia y mi
madre de un pueblo de la provincia de Cuenca. Tuve la desgracia de que mi padre
murió de un Ictus a los 56 años, una triste noticia de la que yo me enteré tras
regresar de la “Operación Netol” en estado de shock por haber presenciado
muertos que por el rigor mortis teníamos que romperles los huesos con el
mosquetón para meterlos en el camión, ver soldados con vientres abiertos y
otros horrores.No tuve permiso por el fallecimiento de mi padre
E.R: ¿En qué
consistió la “Operación Netol”?
A.C.: La “Operación Netol”, tuvo lugar el 1 de diciembre de 1957, que tenía como
objeto la liberación de los puestos Mesti, Telata, Tiliuin y la sección del
Teniente Ortiz de Zarate. Para la operación se organizó una fuerza compuesta
por varias unidades. La I Bandera Paracaidista, la VI Bandera de la Legión, el
IV Tabor de Regulares, 2 compañías del Regimiento Soria 9, una sección de
zapadores del Regimiento nº6 y destacamentos de automovilismo, sanidad,
transmisiones y apoyo aéreo.En total unos 1200 soldados
Cuando
recuperamos con mucho esfuerzo el puesto de Telata por orden del General
Zamalloa que era un Laureado de San Fernando de la División Azul que había
sustituido en aquellos meses al General Santallana. Retrocediendo en el relato
Zamalloa mando el dia 24 de noviembre una sección de paracaidista fuesen a
Telata a socorrer a los que estuviesen asediados allí. Pero en “radio macuto”
se decía que había sido el Teniente Ortiz de Zarate. Dicen que fue él quien dio
el paso al frente mandando allí a un grupo de 50 personas con un mortero que no
funcionaba, una radio que tampoco funcionaba.Pienso que hubo que hacerlo y se
hizo, sin importar si uno u otro. Íbamos con alpargatas por un terreno pedregoso,
las alpargatas me duraron un día y medio. Yo me encontré un turbante de un moro
y me lo anudé en el pie y así íbamos. Como provisiones nos dieron una lata de
sardinas y una de carne. El armamento
que llevábamos eran los mosquetones Mauser
de la Guerra Civil que limpiábamos el cerrojo con polvo de platos
machacados. Con ese polvo y un trapo se pulían, pero de tanto limpiarlos el
percutor no llegaba al pistón y cuando disparabas no salía siempre la bala.
Francia, en
el mes de octubre,nos había ofrecido 12 aviones T6,( España los rechazo) que
eran aviones de la época, mientras que nosotros usábamos el modelo Junker de la
Guerra Civil. Muchos de los muertos fueron por accidentes aéreos. Por poner un
último ejemplo, en lugar de tirar bombas
desde el avión tiraban bidones de gasolina a mano con un artilugio que un
Teniente mañoso había inventado para que detonara.Pienso que el armamento mas
moderno vendido y vetado por los EE UU ,
de poder usarlo se hubiera quedado en la península.
E.R.: ¿Qué
cosas que hiciste durante esa contienda te sorprenden hoy en día cuando las
recuerdas?
A.C.. En la
vorágine de la guerra uno se embrutece de tal forma que yo, que no soy capaz de
matar ni a una mosca, a veces no puedo creer las cosas que sucedieron en ese
conflicto. Estando en una columna de rescate sufrimos el ataque del fuego
enemigo, una vez finalizado, la compañía de vanguardia y de retaguardia tenían
que limpiar la zona. Uno de los enemigos se había refugiado en una cueva y
teníamos que eliminarlo para que no pudiera atacarnos desde allí como
francotirador. Entonces recuerdo que un pelotón de mi compañía conseguimos por
la parte lateral llegar a la zona donde estaba la cueva y tiramos dentro cinco
o seis granadas de mano. Después de las explosiones entramos a la cueva y su
cuerpo estaba totalmente troceado. Vimos un macuto en el que había un pan
grande, que con el hambre que teníamos por estar cuatro días sin comer,
devoramos a pesar de estar totalmente
cubierto de sangre y polvo.
E.R.: ¿Cómo
fue la vuelta a casa?
A.C.: La
Guerra terminó oficialmente el 30 de junio de 1958. En el mes de julio nos
dieron la noticia de que el conflicto había finalizado. Estábamos en la montaña
y llegaron unos con unos fumigadores y nos embadurnaron de un polvo blanco de
arriba a bajo. Nos llevaron a las duchas y después nos dieron ropa que no era
la tuya eso sí volvimos a casa con la misma maleta de madera. En el barco cuando iba viendo que Ifni se iba
haciendo cada vez más pequeño pensaba en mi madrina de guerra, una chica tetraplégica
de Málaga que se llamaba Mercedes que se había presentado voluntariamente para
intercambiar cartas con los soldados. Entre los dos hubo una relación epistolar
que significó mucho para mi. Aunque yo tenía novia, el escribirle significaba
para mi un gran desahogo pues no le daba la misma visión de la guerra que a mi
familia. Una vez, en la cubierta del barco pensaba que, de alguna manera, la
había hecho daño por introducirla en una vida que no le pertenecía. Era una
relación no amorosa, platónica tal vez, que me marcó mucho. A medida que la
ciudad de Ifni se iba haciendo más pequeña, yo iba rompiendo las cartas de
Mercedes y tirándolas al mar
E.R.: Los
excombatientes de la Guerra de Ifni reivindicáis unas indemnizaciones que os
corresponden y que nunca llegaron
A.C.: Sí, la
historia ha ocultado este conflicto por aquello de no molestar a Marruecos,
tanto es así que en el gobierno de Zapatero estando de ministra de exteriores
Trinidad Giménez, se donó a Marruecos 100 millones de Euros. Se había otorgado la Laureada de San Fernando
que es la mayor condecoración militar a un regimiento de caballería que se
había distinguido en el desastre de Annual de 1921 durante la Guerra del
Rif por lo que Marruecos pidió una indemnización
por el uso del gas Mostaza en dicha guerra. Con esto quiero decir que España no
quiere volver a tocar el tema pero los que estuvimos en Ifni del 57 al 59
gracias a Ciu, unido al Partido Popular y al Grupo Mixto con la oposición de
PSOE se aprobó en la Ley de Carrera Militar, la 39/2007, en el apartado último
noveno se aprobó que aquellos que estuvieron en la campaña les correspondía un
reconocimiento nominal. Esta ley se aprobó con una dotación presupuestaria de
un millón de euros aumentando esta cantidad en presupuestos posteriores. Esto
salió en el BOE el 1 de enero de 2008. Pero esas indemnizaciones nunca se
pagaron, yo llevo 12 años reclamándolas y habré escrito unas 40 cartas tanto
al Rey,como a los distintos ministros Carmen Chacón primeo y luego Pedro Morenés
al Rey,como a los distintos ministros Carmen Chacón primeo y luego Pedro Morenés
Hola. No se como contactar con ustedes. Mi padre estubo en sidi ifni. Y me gustaria saber si puedo conseguir algun dato de el. Gracias. Mi correo es astron15@hotmail.com
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