Un poco de historia
La historia de la época nos dice: Que el sitio en que estuvo construido el castillo de Guader. Santa Cruz de la Mar pequeña, de Mar chica ó Mar menor, que con todos esos nombres se designaba dicha fortificación. Para introducirnos, hablaremos muy ligeramente de la ocupación y conquista de las islas Afortunadas ó Canarias, á fin de consignar tan sólo lo que hace relación a nuestro intento.
Las citadas islas, se consideraron de muy antiguo parte integrante de los dominios españoles, por haber poseído la dinastía goda la Mauritania Tingitana en la Berbería occidental y en este concepto, concedióse por D. Enrique III de Castilla su señorío y el del Mar menor de Berbería á Juan de Bethencourt ,que conquistó las cuatro islas menores y emprendió algunas correrías sobre las costas fronterizas de África.
. Estas incursiones, que proporcionaron no escaso provecho á Bethencourt y contribuyeron á que reconociese gran extensión de costa, movieron también á aquel célebre aventurero a tener el propósito,( que no llegó á realizar), de construir en África una«fortaleza propia para poner á contribución del país.»
Pasando por alto en esta sucinta narración, las discordias habidas por casi un siglo entre las coronas de Portugal y Castilla, á causa de que un sucesor de Bethencourt que hizo la doble transmisión de sus dominios al conde de Niebla y á D. Enrique, infante de Portugal, y otros detalles é incidencias, expondremos, sin embargo, que él primer duque de Medina Sidonia , hijo del conde de Niebla, y á cuyo cargo estaba la heredera de las Canarias, doña Inés de Peraza, casó á ésta con Diego García de Herrera; por lo cual éste quedó en 1445 en posesión del señorío de aquellas islas y del Mar menor de Berbería.
Herrera se decidió á llevar á cabo el propósito de Bethencourt; preparó al efecto una expedición con las tropas y provisiones necesarias y desembarcando en el puerto de Santa Cruz de la Mar pequeña, y estableció una fortaleza. Respecto al lugar en que se construyó esta fortaleza y demás detalles de la expedición, dice Viera, (historiador) tomándolo de las crónicas de aquella época, lo siguiente:
»del río que aquellos naturales llaman el Vado del Mediodía, la
»cual forma una bahía navegable hasta tres leguas tierra adentro. Construida la fortaleza con una admirable prontitud, se
«coronó de artillería y se le puso una respetable guarnición, al
»mando de Alonso de Cabrera.
Herrera se restituyó a Lanzarote,
»y los avisos y provisiones de boca y guerra se comunicaban por medio de una fusta ó embarcación pequeña que desde luego se «dedicó á aquel ejercicio.»
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