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recuerdos de la mili en Tiradores de Ifni
Ángel Ruiz
García
Escrito por
Ángel Ruiz García
lunes, 16 de
marzo de 2011
Yo no tengo
ni idea de lo que es un ordenador, pero posiblemente dentro de la cabeza debo
de tener eso que llaman “disco duro” que tras mi viaje a Ifni, en Marzo de este
año, y tras visitar las ruinas del fuerte de Tagragra y la ciudad, se me han
abierto los recuerdos como si de un rio imposible de contener se tratara;
fluyen con tal caudal y nitidez que me transportan a aquellos años de 1.957-58
cuando yo era joven y España se encontraba metido en una guerra con Marruecos.
Tras nuestra
Jura de Bandera en el mes de mayo de 1.957, la primera salida que hizo mi
Compañía (la 8ª del II Tabor) fue precisamente hasta el Destacamento de
Tagragra, en el mes de agosto de aquel año. Pese a que no había comenzado la
guerra de forma oficial, todos los días y todas las noches sufríamos ataques de
los moros, consistentes en disparos aislados o ráfagas de metralleta que
obligaban a doblar los puestos de vigilancia y permanecer en constante alerta y
tensión nerviosa.
.El destacamento
o fuerte de Tagragra era bastante grande, casi cuadrado, con una puerta
central; a cada lado del edificio existían dos torres cuadradas, todo muy
conforme a la estructura de los edificios del territorio.
Llamaba
mucho la atención un gran árbol (un argán) existente al lado derecho de la
puerta de entrada al Destacamento. Digo que llamaba la atención pues por
aquellos parajes había muy poco arbolado y este ejemplar debía tener muchos
años. Yo, en mi tierra manchega, nunca había visto nada igual, y me admiró todo
lo que sobre el mismo me contó en aquellos días un compañero nativo con el que
ya había hecho alguna amistad.
Estuvimos
allí durante un mes y fue bastante duro por las cosas que iban ocurriendo.
Nuestros mandos nos enviaban, por Secciones o Pelotones, a registras las
cabilas por las noches, ante la sospecha de que se podían guardar armas para
agredirnos o existían concentración de enemigos. Por el día ya estábamos todos
los soldados pendientes de lo que pudiera pasar en el puesto de guardia, una
habitación a la derecha, según se entraba en el fuerte, donde a los detenidos
como sospechosos la noche anterior se les castigaba para que “cantaran”.
Concretamente: Si no declaraban aquello que nuestros jefes creía que sabían los
prisioneros, los mandos nos obligaban a los soldados a que con un vergajo le
diéramos los golpes que nos mandaban, y mucho ojo con pegar flojo ya que
entonces el jefe te quitaba la verga y te pegaba a ti, a la vez que te gritaba
¡así es como hay que pegar! ¡y no como tu pegas! Por lo tanto no era de
extrañar que aquellos pobres moros resultaran heridos y quién sabe si alguno
moriría como consecuencia de las palizas que allí se daban. Lo que sí puedo
asegurar es que a los nativos maltratados y lesionados los arrastrábamos fuera
del recinto militar para que fueran recogidos por sus familiares
ESTE RELATO ES DE ANGEL RUIZ.. TIRADOR DE IFNI 1957 58 QUE HE COPIADO POR LA CURIOSIDAD DEL ULTIMO PUNTO QUE YO DESCONOCIA Adolfo
Estimado Adolfo:
ResponderEliminarCoincido contigo al decir que esta parte final del relato del veterano no sea conocido lo cual no quiere decir que sea falso.
Es más, según mi memoria, precisamente nosotros los paracaidistas teníamos órdenes expresas de no molestar ni de palabra a los moros que hacíamos prisioneros, y llevarlos ante nuestros mandos para ser, y yo lo presencié en una ocasión, cortésmente preguntados por su procedencia. En algunos casos, algunos moros al parecer podían demostrar que habían combatido en las filas de Franco en nuestra guerra civil, a los que les despedían y les daban toda suerte de disculpas.
Yo me llevé un arresto que no cumplí por tener que salir de inmediato a otras misiones, por hacerles cargar con nuestras mochilas a unos cuantos moros que encontramos en unas casas cuando les llevábamos ante nuestros mandos. Uno de aquellos moros se quejó y yo resulté arrestado aunque como digo no cumplí el arresto.
Saludos
Apreciado Juan:
ResponderEliminarDarte las gracias por tu oportuno comentario, que coincide con lo que opino. Esto de la guerra de Ifni después de 57 años da para mucho. Recuerdo las ordenes en el telegrama de Carrero Blanco: “Debe llevarse a cabo una acción política de desprestigio del Ejercito de Liberación ante nuestros indígenas y una acción militar evitando tiros. Políticamente atrayendo con dadivas y halagos haciendo saber que Al Fassi y su Ejercito de Liberación, son unos malos musulmanes que sirven a Rusia enemiga de Dios y que son traidores del Sultán”. Había órdenes superiores de tratar a los moros con una cierta dignidad cuando fueran prisioneros Un abrazo Adolfo