De los recuerdos

Ifni y Sáhara se convirtieron en refugio de militares afines al Régimen


Ifni era entonces un destino codiciado por los militares profesionales. La independencia de Marruecos, proclamada poco más de un año antes, había dejado huérfanos a miles de africanistas. Como el propio dictador, ellos habían hallado en el país vecino una vía rápida para ascender, sueldos que duplicaban a los de sus compañeros de la Península y un prestigio social impensable en la metrópoli, donde sólo podían aspirar al pluriempleo. Finiquitado el Protectorado del Norte y expulsados del Rif y del Yebala, sólo les quedaban Ifni y el Sáhara para continuar disfrutando de una sociedad a su medida. Las dos colonias olvidadas se habían convertido en su último refugio.
EL SÁHARA OCCIDENTAL (entonces Sáhara Español) era un desierto habitado por menos de cien mil nómadas en donde la arena y el siroco amargaban la existencia a los españoles. Pero Ifni era un lugar de extraña belleza, con altos montes de tierra roja cubiertos de cactus de un verde brillante y regado por numerosos arroyos. El territorio, de 1.700 kilómetros cuadrados (tres veces el municipio de Madrid), se hallaba incrustado al sur de Agadir. El Atlántico batía sus 60 kilómetros de costa y suavizaba la temperatura. Cuando estalló el conflicto, estaba habitado por 50.000 personas. De ellas, sólo el 18% eran europeas: militares, funcionarios, comerciantes y sus familias. Las demás eran bereberes pertenecientes a la tribu Ait Baamarán, que 20 años antes había contribuido con 11.000 hombres a la Cruzada de Franco.

Ifni, diciembre de 1957

El aguinaldo


A mediados de diciembre, el país empieza a pensar en las fiestas que se avecinan, la Nochebuena y Nochevieja de los soldados que combaten en Ifni y Sahara. Los donativos empiezan a inundar el Ministerio del Ejército y pronto las autoridades organizan oficialmente los envíos para la Navidad y Año Nuevo de los combatientes. Organismos oficiales y particulares preparan campañas en la que no faltan emisoras de radio, que viven su época dorada pre-televisiva. 
Los aguinaldos que se recaudan en todas las provincias españolas, incluyen desde 10.000 botellas de vino espumoso –entonces no existía el ”cava”–, libritos de papel de fumar de las fabricas de Alcoy, gran cantidad de paquetes de tabaco de Canarias, Cifesa ofrece una copia de la película del momento “El último cuplé” recién entrenada en Madrid. La casa Terry ofreció 4.800 botellas de coñac de su marca. El día 14 de diciembre zarpó del puerto de Barcelona el buque "Ciudad de Cádiz" rumbo a Sidi Ifni, con turrón y champan Granpan Cremant de Codorniu. En total fueron 834 cajas de champan y 60 grandes cajas de turrón. La Cruz Roja Española envía 40 aparatos de radio para la tropa. El Ministerio del Ejército dispone de 1.000.000 de pts. en turrones, licores, vinos, tabacos, etc. Las diferentes provincias españolas hacen donación de sus productos regionales más típicos, el pueblo ingresa gran cantidad de dinero a la cuenta establecida