Mi amigo Riatos presidente de ACET 4 ha tenido la gentileza  de enviarme las cartas pregunta respuesta del Sr, Maldonado  (Senador por CIU) al que le debemos agradecer su tesón, ya que desde algunos años ha estado haciendo de "Gota Malaya" ante los Gobiernos tanto del PSOE,como ahora del PP
Fue el Sr. Maldonado, que hizo posible el que adjuntaran  en la Ley de Carrera Militar, el apartado 9º que habla de nuestro reconocimiento en la guerra de Ifni Sahara.  Aunque la respuesta es la de siempre, hay que insistir.
No como  alguna Asociación que prefiere "menos guerra y mas Sidi Ifni". La gota Malaya, se la debemos a nuestros muertos, heridos (mutilados por vida) desaparecidos,(muertos sin recibir sepultura) prisioneros.    Adolfo             

QUERER ES PODER, PERO CLARO, HAY QUE QUERER

 Me he "colao" en la NASA y he puesto nuestra
pica en la luna ¡"pa que se enteren"!

UN POCO DE HISTORIA


 LA HISTORIA DE CATALUÑA




Fri, 10 Sep 2010 18:59:00


Con el aval de la Historia, la de la Historiografía de los hechos y documentos históricos irrefutables, debemos decir sobre la región del Noreste de España, la tierra gótica- Gothlandia, Cataluña- Catalaunia, Catalonia(año 844[1]) que pertenecía a la Gotia o Marca Hispánica en la Eda Media cuando en la Reconquista contra el invasor islam, se seguía con la recuperación de la unidad histórica de Hispania, perdida por los nefastos reyes visigodos, que enfrascados en guerras civiles intestinas abrieron las puertas a la invasión del islam en el año 711 por el estrecho de las altas traiciones a España, el Estrecho de Gibraltar, con la colaboración de los godos proislámicos, y también, sin que se nos olvide, con el colaboracionismo de algunos judíos, que esperaban, como los godos traidores a Hispania, obtener privilegios y honores, que se tornaron luego en persecuciones, asesinatos y esclavitudes por parte del islam invasor.
Desde el reinado de Jaime I de Aragón, El Conquistador, (1214-1276), como soberanía hereditaria de los condes de Barcelona, desde 1350 hasta 1706 se denominó Cortes del Principado de Cataluña - Cathaloniae Principatus, pero nunca reino porque perteneció al Reino de la Corona de Aragón, y jamás nación y ni mucho menos estado, porque siempre ha pertenecido a la Nación española y al Estado español.
Para refutar las mentiras del historicismo nacionalista catalán, a finales de la Edad Media, el Principado no luchó por su independencia frente a la pujante Castilla de los Trastámara, ante el complejo pleito sucesorio del Reino deAragón, que luego se uniría a la Corona de Castilla. Hasta el siglo XV, las revueltas y perturbaciones sociales se debían a cuestiones más socioeconómicas que políticas[2] donde entraban las rivalidades de las clases sociales por dominar la vida económica de Cataluña y de modo especial de Barcelona, que era controlada por la burguesía urbana junto a los nobles, y de aquí su dominio abarcaba al resto de Cataluña. Mientras que otras clases sociales como la excluida plebe urbana, los buscaires de artesanos y mercaderes y la clase rural o campesinos de remensas, eran sometidos a toda clase de impedimentos legales debido a un durísimo sistema feudal, que hacía inviable su progreso social y económico. La crisis socioeconómica no sólo afectaba a Cataluña sino también al resto de España y a Europa.
Desde el siglo XIX y XX, los nacionalismos radicales desintegradores de naciones, como el nacionalismo catalanista, vasco y sus segundones el gallego o el andalucista, no han pretendido más que romper la arquitectura histórica de España y Europa para levantar falsas naciones y nacionalidades con pretensiones de estados, de estados subvencionados por las ideologías que han gobernado España, más por sus propios intereses de poder que por el bien común de la unidad, la identidad y la soberanía histórica de España.
El nacionalismo radical catalanista, de izquierda o derecha, parte de una falsificación de la Historia de España, más en concreto, pretende hablar de los orígenes de sus aspiraciones independentistas y soberanistas, poniendo el énfasis en las sublevaciones de las poblaciones de la Península Ibérica, que fueron por razones económicas meras sublevaciones, movimientos en los que nunca hubo motivos de independencia y secesión de España. Los nacionalismos radicales, que vienen de Europa y se instalan en España en los siglos XIX y XX, aprovechan cualquier ocasión interna o externa en la política para afianzarse con sus mentiras en el poder, a través de las falsificaciones de la Historia.
Una de sus mentiras elaboradas en el siglo XX fue la de decir que las sublevaciones que hubo en España en tiempos de Felipe IV, sublevaciones debidas a los impuestos elevados por causa de un Imperio que agonizaba y no podía mantenerse con tantas guerras fuera y dentro de Europa, no fueron tales, sino levantamientos por la independencia y secesionistas. Los franceses fueron los que instigaron y apoyaron también estas sublevaciones contra Felipe IV y su valido el Conde Duque del Olivares, en los Países Bajos, Portugal y Cataluña.
El nacionalismo radical catalanista, se inventa la mentira histórica de que Cataluña desde siglos y siglos siempre lucho contra Castilla o España por ser una nación. Lo mismo dirán y dicen, también a partir de los siglos XIX y XX, el nacionalismo radical vasco y los nacionalismos de tercera fila, el galleguista del mito céltico de Breogán o el andalucista filoislámico del mito de al-Andalus de Ahmad Blas Infante.
Veamos lo que nos dice la documentación histórica, la Historiografía sobre Cataluña, que ya en parte arriba ya hemos referido desde la Edad Media hasta 1706. Observemos los períodos históricos que ellos han ocultado y falsificado desde finales del siglo XX a las generaciones de españoles catalanes, ya que otra de las tremendas barbaridades que se han cometido contra la identidad y la integridad cultural y educativa de España, es haber cedido a las autócratas autonomías, las competencia exclusivas en materia de educación y enseñanza.
-Rebeliones, revueltas, conflictos e invasiones de Cataluña.
-En tiempos del Juan II (1397-1479), Rey de Aragón y de Navarra, sucesor de su hermano Alfonso V en el Reino de Aragón, cuando era ya anciano, y ciego, tuvo que hacer frente a una guerra civil de diez años en el Principado de Cataluña, debida a motivos sucesorios y también a motivos socioeconómicos[3]. Los catalanes eran partidarios de que el hijo de Juan II, el Príncipe Carlos de Viana, fuera el heredero del Reino de Aragón, pero muere envenenado, acusándose a su padre del crimen.
Apoyaban a Juan II, parte de la nobleza, la mayoría del clero y la mayoría de los campesinos o payeses de remensa. Frente a ellos, la baja nobleza, una porción de los artesanos y el patriciado urbano. Lo cual demuestra lo dividida y enfrentada que estaba la sociedad del Principado de Cataluña. Juan II pidió ayuda a Luis XI de Francia, pero con la condición de que debería entregar a los franceses los condados de Rosellón y Cerdaña (1462-1463), las cuales serían luego recuperadas a Francia, siendo Rey Carlos VIII (1470-1498), por su hijo y sucesor en la Corona de Aragón, el Rey Fernando el Católico (1452-1516) con el Tratado de Barcelona de 1493. Los contrarios, no lograron obtener la ayuda de Castilla ni de Portugal. Juan II alcanzó la victoria, pero no se vengó, sino que fue benévolo con los derrotados a la hora de las capitulaciones.
-Tradición y foralismo en tiempos de Felipe II (1527-1598).
De acuerdo con su fidelidad a mantener las tradiciones y fueros de los reinos de España en la Edad Media, Felipe II, conservó los fueros de Aragón en lo fundamental y en su integridad los fueros de Valencia y Cataluña. Tales fueros desaparecen con la llegada a España de la Casa de Borbón, al imponer un centralismo francés que fue matando poco a poco la tradición foral[4]. El foralismo ha reaparecido en los siglos XIX, XX y XXI por España, en las regiones cercanas a Francia, Vascongadas, Navarra o Cataluña, pero más como instrumento político ya que eran y son origen de estatutos muy limitados que buscan los beneficios políticos y económicos regionalistas, pero dañando al bien común de España. El mejor ejemplo son los estatutos anticonstitucionales a favor del nacionalismo catalanista, del nacionalismo filoislámico andalucista, y los que se avecinan, como el estatuto anticonstitucional del nacionalismo proetarra vasco.
--En la invasión de Cataluña por Francia en tiempos de Felipe IV, cuyo reinado va desde 1621 a 1665, intervienen grandes y anónimos personajes históricos tanto de la Península Ibérica como de Europa:
-En 1642, el escritor y filósofo moral, Baltasar Gracián (1601-1658) intercede ante el conde-duque de Olivares por el duque de Nochera, el cual no partidario de la Guerra de Cataluña, iniciada en 1640, frente a Olivares. El duque Fue procesado y preso[5].
-Andrés Cantelmi, nacido en Nápoles (1598), muerto en Alcubierre (Huesca) (1645), duque de Popoli, general español, fue nombrado virrey de Cataluña por Felipe IV. Le dio el mando de las tropas para sofocar las sublevaciones de Cataluña[6].
-Diego Mesía Felipez de Guzmán, Marqués de Leganés (¿-1635) y su ejército, intervino en la Guerra de Cataluña como capitán generalvenció al general francés Harcourt, el Invencible, en la famosa batalla de Lérida.
-El Conde Duque de Olivares, dimitió como valido de Felipe IV por los tremendos errores cometidos en la Guerra de independencia de Portugal y en la sublevación de los catalanes radicales.[7]
-Invasión de Cataluña por Francia en tiempos de Felipe IV, cuyo reinado va desde 1621 a 1665.
-Pablo Parado, caballero portugués, junto a Baltasar de Gracián, defendió Tarragona cuando la sitiaba el mariscal Mota.
-El Mariscal Felipe de Hondacourt, conde de la Motte(1605-1657), fue enviado por el Cardenal Richelieu a Cataluña para ayudar a los catalanes sublevados.
-El Mariscal Enrique de Lorena, conde Harcout, fue nombrado virrey francés de Cataluña. Sustituyó a la Motte. Tras combatir contra las tropas de Felipe IV, lo sustituye el Gran Condé, Luis II de Borbón (1621-1686) militar francés que antes en la Guerra de los Treinta Años había derrotado a los tercios españoles en Rocroi (1643), facilitando la derrota de los españoles en le Guerra de los Treinta Años(1618-1648). Por sus ansias de poder el Cardenal Mazarino lo hizo encarcelar. Liberado años más tarde, se puso al servicio de Felipe IV, para tras la Paz de los Pirineos (1659), regresar a Francia, Paz de los Pirineos que trajo la renuncia de los que fueron siempre una parte sustancial del Principado de Cataluña, la Cerdaña y el Rosellón, éste territorio no aceptó la entrega y por ello se rebeló y sufrió un castigo sangriento, hasta que fue sometido por Francia.
-Francisco de Orozco, Marqués de Mortara (inicios del s. XVII-1668). Participó activamente en la Guerra de Cataluña, primero bajo las órdenes del marqués de Leganés y luego derrotando al virrey La Motte. En 1650 fue nombrado virrey y capitán general de Cataluña y dirigió la parte final de la guerra, ya victoriosa para las armas de Felipe IV.
-Marqués de Borro, Alejandro (1600-1656), general italiano que tomó parte en la Guerra de Cataluña.[8]
-El Capitán Domingo de Osorio de Eguía, participó en la Guerra de Cataluña.[9]
-Barón de Sabac, austríaco al servicio de España en la Guerra de Cataluña, en tiempos de Felipe IV.[10]
-Francisco Fernández de la Cueva, octavo duque de Alburquerque (1619-1676), estuvo al mando de la caballería en la guerra de Cataluña.[11]
-Francisco Díaz Pimienta (¿-1652), almirante de la Armada, participó en la Guerra de Cataluña.
Portugal, participaba también en ayudar a España a recuperar Cataluña invadida por los franceses con otros dos personajes más, junto al ya referido arriba Pablo Parado:
-Felipe da Silva, general portugués del s. XVII, que mandó en jefe el ejército de Cataluña, después de la caída de Olivares.[12]
-Y Francisco Tutavila, duque de San Germán(1604-1679), fue gobernador militar de Tarragona, virrey de Cataluña(1673-1675), participó en la Guerra de Cataluña contra Francia entre 1673-78, derrotó a Schomberg y conquista Bellegarde[13].Un general portugués colabora con España para recuperar una parte de su territorio invadido.
La falsaria historia del nacionalismo radical catalanista, trata de ponerse al mismo nivel político de Portugal. Nada más antihistórico, ya que Portugal luchó contra Felipe IV para alcanzar la independencia como reino y nación, cosa que lograría, primero, porque en España, al estar sufriendo una crisis política, moral, social e institucional, a la población le importaba muy poco la recuperación de la unidad política de la Península Ibérica lograda con Felipe II; y segundo, porque nuestros ejércitos se encontraban ya envejecidos y desgastados, y no podían hacer nada frente a un ejército portugués más preparado y adiestrado ya que estaba apoyado por las potencias enemigas de España, Inglaterra y Francia. Muerto Felipe IV, y tras la Paz de Aquisgrán (1668) con la rendición ante la monarquía borbónica de Luis XIV, España acepta y admite la independencia de Portugal y todas sus colonias, menos Ceuta que decidió permanecer unida en España.
-Fin de la invasión francesa en tiempos de Felipe IV.
En 1652 don Juan de Austria entra en Barcelona, era hijo bastardo de Felipe IV. Se acababa la invasión francesa de Cataluña, cuyo ejército cometió explotaciones y barbaries de todo tipo contra los catalanes, por ello estaban ansiosos de recuperar la integridad nacional de España. Felipe IV olvidó las revueltas antifiscales de algunos catalanes contra España, y les reintegró sus derechos. Revueltas antifiscales de todas las clases populares por una situación de crisis[14] social y económica no sólo en España sino también en Europa.
-Nueva invasión francesa en tiempos de Luis XIV.
En 1697 Francia vuelve a invadir Cataluña, que se recuperará cuando Luis XIV firmó la Paz de Ryjswick, que no sólo devolvió Cataluña a España sino también tuvo que devolver a sus respectivos dueños y señores, los otros territorios invadidos de Europa como Luxemburgo y algunas ciudades de Flandes.[15]
Muchos fueron los anónimos soldados que murieron por la independencia política de España y Cataluña de otra invasión de un enemigo histórico de España: Francia. De los ingentes soldados muertos, se conocen los nombres de algunos deellos por su valor en las guerras invasores contra el enemigo francés:
-El capitán José María Calderón de la Barca, hermano de nuestro universal dramaturgo.
-José de Plaza, capitán de Caballería que participó en la Guerra de Cataluña.
-Los soldados Julián Romero y Villamayor.[16]
-Francisco de Soto, Alonso de Monroy y Pedro Estériz o Estélez, fueron valientes soldados que combatieron en Lérida durante la Guerra de Cataluña.[17]
-Siglo XVIII, Guerra de Sucesión por la Monarquía Española.
Más tarde, a los inicios del siglo XVIII, viene la Guerra de Sucesión por la Monarquía Española entre los desgastados augsburgos y los borbones franceses que aspiraban dominar la monarquía española. Fue una guerra civil entre españoles y europeos. El nacionalismo radical catalanista, se ha inventado, según su ficcionaria historia, que, Cataluña, luchó por su independencia. Más bien se luchaba por la libertad de España.
Comprobemos con otra prueba historiográfica más, cómo Cataluña luchó por la libertad de España y su servicio a la Corona. La prueba la tenemos en el Pregón que promulgaron en 1711 las autoridades barcelonesas, cuando estaban asediadas por el ejército franco-español del Borbón Felipe V(1683-1746),Duque de Anjou y nieto deLuis XIV, elegido por el anterior Rey Carlos II (1665-1700), como sucesor suyo.
Las autoridades barcelonesas eran partidarias de que subiera al trono de España el Archiduque Carlos de Austria, de la Casa de Austria, al que se aliaron, además de los españoles y los austriacos, otros, como los holandeses, ingleses, portugueses y saboyanos. Barcelona estaba sitiada por las tropas franco-españolas de Felipe V. Entre estas autoridades antiborbónicas, estaban, la autoridad civil que representaba Rafael Casanova i Comes (1660-1743),y la autoridad militar, Antonio de Villarroel. Ambas en el pregón buscaban dilatar el asalto y establecer unas negociaciones con Felipe V. Leamos el pregón, dado el día 11 de septiembre de 1714:
PREGÓN.
Ahora, [¿?], se hace saber a todos en general, de parte de los tres Excelentísimos Comunes, tomado el parecer de los Señores de la Junta de Gobierno, personas asociadas, nobles, ciudadanos y Oficiales de guerra, que cada uno por sus medios están impidiendo la penetración de los enemigos en la ciudad, teniendo en cuenta que la deplorable infelicidad de esta ciudad en la que hoy reside la libertad de todo el Principado y de toda España está expuesta al último extremo de quedar sujeta a una completa esclavitud, notifican, amonestan y exhortan, como padres de la patria que se afligen por la desgracia irreparable que nos amenaza a causa de la suerte e injusto encono de las tropas franco-españolas, que, una vez hecha una seria reflexión sobre el estado en el que los enemigos del Rey N.S., de nuestra libertad y patria están ya apostados ocupando todas las brechas, cortaduras y baluartes del Portal Nuevo, Santa Clara, Levante y Santa Eulalia:
Se hace saber que, inmediatamente después de haber sido escuchado este pregón, todos los naturales, habitantes y demás gentes hábiles para el uso de las armas se presenten en las plazas de Junqueras, Borne y del Palacio a fin de que unidos con todos los Señores que representan a los Comunes, se puedan rechazar a los enemigos haciendo el último esfuerzo, esperando que Dios misericordioso mejorará nuestra suerte.
Se hace saber también que, siendo la esclavitud cierta y forzosa, en obligación de sus empleos, explican, declaran y manifiestan a los presentes y dan testimonio a los futuros, que han realizado los últimos exhortos y esfuerzos [posibles], protestando por todos los males, ruinas y desolaciones que sobrevengan a nuestra común y afligida patria y por el exterminio de todos los honores y privilegios [recibidos] quedando esclavos con los demás engañados españoles, y todos en esclavitud del dominio francés.
Pero hay que confiar en que todos, como verdaderos hijos de la patria amantes de la libertad, acudirán a los lugares señalados a fin de derramar gloriosamente su sangre por su rey, su honor, por la patria y por la libertad de toda España.
Y finalmente dicen y hacen saber que, si tras una hora de haber sido publicado este pregón, no comparece suficiente gente para llevar a cabo el propósito concebido, es forzoso, preciso y necesario hacer un llamamiento al enemigo y pedir capitulación antes de que se haga de noche para no exponer a la más lamentable ruina a la ciudad, para no exponerla a un saqueo general, la profanación de los santos Templos y al sacrificio de niños, mujeres y religiosos.
Y para que sea conocido por todos, que en voz alta, clara e inteligible sea divulgado por todas las calles de esta ciudad.
Dado en la Casa de la Excelentísima Ciudad residente en el portal de San Antonio, estando presentes los citados Excelentísimos señores y personas asociadas, a 11 de septiembre, a las 3 de la tarde, de 1714.[18]
A Rafael Casanova i Comes, la falsaria historia nacionalista de los siglos XIX, XX y XXI, distorsiona su figura histórica y la transforma en otro falso mito del nacionalismo independentista catalán en la conmemoración de Diada Nacional de Cataluña del 11 de Septiembre.
La verdadera historia, es que Casanova, como otros tantos paisanos suyos, defendía al heredero al trono de la dinastía de la Casa de Austria, el archiduque Carlos de Austria que pretendía alcanzar el trono de España, después de la muerte sin heredero de Carlos II de Habsburgo (1661-1700). Otros catalanes, eran partidarios de que el trono fuera del primer Rey Borbón de España, Felipe V.
Las tropas francoespañolas partidarias del primer Rey Borbón de España Felipe V,sitian Barcelona. El conseller en cap, Rafael Casanova i Comes, enarbola la bandera de Santa Eulalia, mientras la defiende. Sufre una herida y hace que un médico le falsifique un certificado de defunción. No deja ni rastro de su nombre en los documentos de los archivos. Delega la capitulación en otro consejero, y sale huyendo disfrazado de fraile[19] para vivir escondido, hasta que pasado el tiempo y el peligro, solicita y obtiene el perdón del Rey Felipe V.
La ciudad de Barcelona, no tiene más remedio que aceptar la rendición ante las fuerzas francoespañolas. Tanto Casanova como los catalanes antiborbónicos, no fueron objeto de venganzas y represalias por parte de Rey Borbón Felipe V. Más bien, fueron amnistiados y el Principado de Cataluña, con el paso del tiempo recibió, como en otras ocasiones similares que hemos visto, privilegios fiscales y administrativas.
Felipe V, no quiso que los catalanes antiborbónicos, fueran vejadosy recordaran las barbaridades de los franceses cuando en tiempos de Felipe IV, las rebeliones antifiscales y la despiadada represalia de Felipe IV, motivaron que los catalanes decidieran separarse de España y someterse al ejército de Francia. Sin embargo se equivocaron al elegir a Francia, porque padecieron las tropelías del despotismo francés. No les quedó más alternativa que la rebelión contra los franceses. Loscatalanes se reintegran en 1652 a España, tras rendirse al hijo bastardo de Felipe IV, Juan José de Austria (1629-1679) quien olvidó la actitud rebelde de los catalanes y les restituyó sus derechos.[20]
La resistencia de Casanova y Barcelona, no fue ni antiespañola ni por la independencia de Cataluña, sino antiborbónica, porque los catalanes defensores de un bando u otro, lucharon tanto por la libertad y la paz de España, para que fueran gobernados o bien bajo la antigua la Casa de Austria, o bien bajo la nueva Dinastía de los Borbones.
Esta es la verdadera historia de Cataluña, que forma parte de la Historiografía de España. Los que se han inventado una falsaria historia nacionalista sobre las mentiras del independentismo nacionalista antiespañol, y quienes las apoyan y promueven, no hacen más que arrojar por los agujeros negros del nacionalismo radical catalanista, a Cataluña y a España.
Diego Quiñones Estévez

IFNI  DESTINO CODICIADO POR LOS MILITARES PROFESIONALES
INFIERNO PARA LA "SOLDADESCA"
LA GUERRA QUE PERDIO FRANCO
DONDE FRANCO TUVO MIEDO DE MOLESTAR A SU AMIGO MOHAMED V

La guerra de Ifni comenzo la madrugada del 23 de noviembre de 1957. Por orden de Franco, la opinión pública nunca fue informada de las dimensiones del conflicto, que se extendió al Sáhara y provocó 198 muertos, 574 heridos y 80 desaparecidos entre los soldados españoles que protegían las colonias
Ifni era entonces un destino codiciado por los militares profesionales. La independencia de Marruecos, proclamada poco más de un año antes, había dejado huérfanos a miles de africanistas. Como el propio dictador, ellos habían hallado en el país vecino una vía rápida para ascender, sueldos que duplicaban a los de sus compañeros de la Península y un prestigio social impensable en la metrópoli, donde sólo podían aspirar al pluriempleo. Finiquitado el Protectorado del Norte y expulsados del Rif y del Yebala, sólo les quedaban Ifni y el Sáhara para continuar disfrutando de una sociedad a su medida. Las dos colonias olvidadas se habían convertido en su último refugio.
EL SÁHARA OCCIDENTAL (entonces Sáhara Español) era un desierto habitado por menos de cien mil nómadas en donde la arena y el siroco amargaban la existencia a los españoles. Pero Ifni era un lugar de extraña belleza, con altos montes de tierra roja cubiertos de cactus de un verde brillante y regado por numerosos arroyos. El territorio, de 1.700 kilómetros cuadrados (tres veces el municipio de Madrid), se hallaba incrustado al sur de Agadir. El Atlántico batía sus 60 kilómetros de costa y suavizaba la temperatura. Cuando estalló el conflicto, estaba habitado por 50.000 personas. De ellas, sólo el 18% eran europeas: militares, funcionarios, comerciantes y sus familias. Las demás eran bereberes pertenecientes a la tribu Ait Baamarán, que 20 años antes había contribuido con 11.000 hombres a la Cruzada de Franco.

CUANDO A FRANCO le comunicaron que los guerrilleros del Ejército de Liberación habían lanzado un ataque general contra Ifni, ordenó al almirante Carrero Blanco, entonces ministro de la Presidencia, evitar a toda costa un baño de sangre que provocara la guerra con Marruecos. Esa idea ya venía siendo repetida por Carrero en sus misivas a los sucesivos gobernadores del África Occidental: "El Ejército de Liberación es un instrumento de la URSS, con el que persigue crear dificultades a los occidentales en África", le escribió el 21 de marzo de 1957 al entonces gobernador, el general Ramón Pardo de Santayana. "Nos interesa conservar nuestro territorio sin crear dificultades a nuestras relaciones con Rabat y nos conviene acabar con el Ejército de Liberación sin llegar a una situación de guerra, con una activa política de desprestigio", informando a "nuestros indígenas" de que sus integrantes "son unos malos musulmanes que sirven a Rusia, enemiga de Dios, y que son traidores al sultán".
La realidad tenía poco que ver con lo que escribía el almirante. El Ejército de Liberación estaba formado por miembros del partido nacionalista Istiqlal, era respaldado por el sultán Mohamed V y estaba dirigido desde la sombra por el príncipe Muley Hassan, que cuatro años más tarde subiría a trono con el nombre de Hassan II. Su jefe directo era un antiguo mercenario de la Legión Extranjera francesa llamado Ben Hamú. Los rebeldes habían instalado su cuartel general en la localidad marroquí de Gulimín, fronteriza con Ifni y a 50 kilómetros de Sidi Ifni. Eran entre 4.000 y 5.000 hombres y mantenían sitiado el territorio. Los soldados españoles encargados de defenderlo no llegaban a la mitad: eran menos de 2.000.
Los primeros heraldos de la guerra habían aparecido en enero. El día 29 de ese mes, los rebeldes arrancaron 50 metros de cable telefónico y dejaron incomunicado el puesto fronterizo de Tiliuín, al sur. A primeros de marzo, una bomba mató a un niño e hirió gravemente a su madre en Zoco el Arbag. El 6 de mayo mataron a tiros a un alférez indígena de la policía; el día 7, a un sargento, y el día 9, a un agente. El 12 de junio, en la calle principal de Sidi Ifni, asesinaron de un tiro en la espalda a un capitán de Tiradores de origen marroquí. El día 18 cortaron las comunicaciones telefónicas entre la capital y el puesto de Telata de Isbuía. El 10 de julio fue hallado el cadáver de un policía indígena. El 18 de ese mismo mes ardieron misteriosamente 80.000 litros de gasoil almacenados en la playa de Sidi Ifni. El 10 de agosto, una patrulla española fue tiroteada cuando intentaba reparar la línea telefónica cerca de Tiguisit. Y el 16 de agosto se produjo el primer enfrentamiento armado entre los soldados y los rebeldes marroquíes: una columna que volvía a Sidi Ifni repelió una emboscada cerca de la capital. Cuatro rebeldes murieron y un español resultó herido.
La tensión era máxima en Sidi Ifni. Las tiendas habían echado el cierre, españoles y nativos se habían encerrado en sus casas. Los soldados, armados con un mosquetón y cuatro granadas, patrullaban las calles en grupos de tres. Muchos militares nativos se pasaron a los rebeldes y los mandos decidieron apartar del servicio a buena parte de los demás. Entonces comenzaron a producirse deserciones entre los españoles. Un informe del 15 de septiembre relata que, sólo en la II Bandera Paracaidista, se habían fugado seis soldados y que la mayoría se habían pasado al enemigo.
SI LOS ESPAÑOLES eran pocos, su penuria de medios era escandalosa. Los transportes de la Bandera Paracaidista se reducían a dos jeep, dos camiones Ford y una ambulancia. Los soldados utilizaban viejos mosquetones Mauser. Para los escasos ejercicios de tiro recibían sólo diez balas y cuando acababan de disparar debían entregar los casquillos o devolver los proyectiles sobrantes. Los aviones eran ancianos Junker y Heinkel más peligrosos para sus pasajeros y tripulantes que para el enemigo: en mayo se estrelló uno cuando trataba de despegar (14 muertos) y en agosto se estrelló otro cuando intentaba aterrizar (seis muertos). En vísperas de la guerra, cada soldado disponía de sólo 288 balas. El arsenal parecía extraído de la guerra de Gila, pero los muertos eran de verdad.
La miseria en que se hallaba la tropa ha quedado reflejada en un informe redactado por el jefe de la II Bandera Paracaidista en septiembre de 1957, sólo un mes antes del estallido de la guerra: "El traje de faena comienza a deteriorarse, especialmente en aquellos que sólo tienen un traje de faena, por no haber podido entregar el segundo reglamentario por falta de existencias. En lo que se refiere al calzado (…), se encuentra francamente deteriorado en general. (…) Estas necesidades se han tendido que solucionar permitiendo que los legionarios compraran en el comercio de Ifni calzado no reglamentario y dando orden para que toda clase de servicios e instrucción (…) se realizaran en alpargatas."
Pocos días antes, el 23 de junio, se había producido un relevo en la cúpula del gobierno del África Occidental. El nuevo gobernador, el general Mariano Gómez de Zamalloa, recibió el primer baño de realidad cuando el Junker que le trasladaba desde Canarias estaba a punto de aterrizar en Sidi Ifni. El teniente coronel encargado de recibirle le comunicó por radio que, dado que todos los soldados estaban movilizados, no disponía de tropa para formarle la guardia de honor en el aeropuerto.
Si el ataque de la madrugada del 23 de noviembre contra Sidi Ifni fue un fracaso, no ocurrió lo mismo con la ofensiva de los rebeldes contra los puestos del interior. Las noticias que llegaban a la capital desde aquellos fuertes aislados eran alarmantes. Hameidusch había caído y su jefe, un sargento, había sido fusilado delante de sus hombres. Bifurna había sido tomado y nada se sabía de sus cinco defensores. En Tabelcut, un teniente, un cabo, un guardia civil y cinco soldados eran dados por desaparecidos. En Tiugsa, que soportaba un duro asedio, los rebeldes habían asesinado a un tendero español y le habían vaciado los ojos. En Tamucha, el teniente que se hallaba al mando había muerto de un tiro en la cabeza. En Tenín había caído un soldado. Telata de Isbuía, al sur del territorio, se hallaba bajo fuego de mortero y varios de sus defensores estaban gravemente heridos. Ésas eran las noticias cuando los guerrilleros comenzaron a cortar los cables del tendido telefónico y, uno tras otro, los puestos fueron quedándose mudos

SACADO DE CARTAS AL DIRECTOR DEL PAIS

 ELPAÍS

CARTA AL DIRECTOR

Jorge Onrubia Pintado    San Critobal de La Laguna   Tenerife  11 de julio de 2012

IFNI  ESPAÑA

Dice mi admirado Juan Goytisolo, en un artículo de opinión publicado en este diario (La guerra olvidada, 7 de julio), que la “legendaria relación” entre España e Ifni se remonta a la fundación de la torre de Santa Cruz de la Mar Pequeña por parte de Diego García de Herrera.

 

Y no le falta razón. Pues son precisamente los derechos supuestamente generados por esta posesión, situada en la actual laguna de Jnifis y convertida en realenga en 1496 con la construcción de una nueva fortaleza, el argumento que invoca España para, a raíz del reconocimiento realizado en 1878, ocupar el enclave de Sidi Ifni, equivocada e interesadamente identificado con la factoría de Santa Cruz.

 

Sin embargo, las relaciones directas de la Corona de Castilla con este territorio tienen más que ver con la actividad comercial que, desde finales del siglo XV, realizan algunos de sus súbditos en la antigua ciudad caravanera de Tagaos, el actual Qsabi, localizado una decena de kilómetros al oeste de Guelmim y en el mismo borde de lo que fue el límite sur de la colonia. Esta presencia dio origen a un tratado firmado en 1499, conocido como el pacto de la Vutata, donde se hace alusión expresa a los habitantes de Ifni.

 

A resultas de este acuerdo se decide la erección de dos nuevas fortalezas: una en la propia Tagaos y otra en la desembocadura del río que discurre a su vera, el Asaca. La primera nunca se llegó a levantar y ésta, conocida como San Miguel de Asaca, tuvo una vida breve. Ambos enclaves forman parte de los yacimientos estudiados, desde 1995, en el marco de un programa hispano-marroquí de investigaciones arqueológicas financiado, por parte española, por el Ministerio de Cultura y la AECID.— Jorge Onrubia Pintado. Co-director del proyecto “Investigaciones arqueológicas en la región de Sus-Tekna
 
LA GUERRA DE IFNI-SÁHARA A TRAVÉS DEL "DIARIO DE LAS PALMAS" (1957-1958)

IFNI-SÁHARA , LA ÚLTIMA GUERRA COLONIAL ESPAÑOLA

Entre los meses de noviembre de 1957 y junio de 1958, más de 200 soldados españoles perdieron su vida en la última guerra colonial de España: la guerra de Ifni-Sahara. La estratégica localización del Archipiélago canario hizo de las Islas una base de operaciones excepcional para las fuerzas españolas.
En la noche del 23 de noviembre de 1957 fuerzas del autodenominado Ejército de Liberación iniciaron un ataque contra Ifni y el Sahara. A pesar de la incertidumbre inicial, el ataque confirmó las sospechas de las autoridades españolas, que ya habían percibido meses atrás los primeros indicios de inquietud.
Los orígenes del conflicto en el Sahara se remontan a 1954, cuando se produjeron las primeras alteraciones de la paz a raíz de la nueva política impositiva adoptada por la Presidencia del Gobierno. Ya en el año 1956 se detectó en los territorios españoles la presencia de fuerzas procedentes de Marruecos, pero, como se dirigían hacia la Mauritania francesa, no se les prestó mayor atención. Sin embargo, la situación planteó una difícil disyuntiva en tanto en cuanto obligaba a elegir entre posicionarse al lado de Francia o salvaguardar las inversiones españolas en Marruecos. Finalmente se optó por una política intermedia: por un lado, se desprestigiaría al Ejército de Liberación en las posesiones españolas; por otro, se mantendría una cooperación secreta con Francia. Pero de poco sirvió ya que continuaron las injerencias de las autoridades fronterizas marroquíes, iniciándose además una espiral de violencia con el asesinato de varios indígenas del Grupo de Policía y de Tiradores.
La censura del Régimen, siempre cuidadosa de prohibir cualquier publicación que dañase su prestigio, se encargó de no permitir la libre divulgación de las noticias relacionadas con el conflicto. Hemos de tener en cuenta que en 1937 se había creado la Delegación del Estado para Prensa y Propaganda y en 1938 se había decretado la Ley de Prensa; una ley de guerra que perduró hasta 1966. De este modo, los medios de comunicación transmitían las órdenes del Estado y el conflicto de Ifni-Sahara no fue una excepción. A pesar de las manipulaciones, las noticias relacionadas con el conflicto fueron prácticamente diarias. Como pone de manifiesto la siguiente gráfica que representa el número de páginas que ocupó el conflicto en el Diario de Las Palmas entre los meses de noviembre de 1957 y junio de 1958, el conflicto no pasó inadvertido para la opinión pública grancanaria:
Pero esto no quiere decir que la población estuviese bien informada, ya que en la mayoría de los casos las noticias estaban distorsionadas. Un claro ejemplo es la situación que se presentó tras el ataque del 23 de noviembre, cuando el Ejército de Liberación había sitiado varios puestos españoles, pero la prensa presentó el conflicto como un problema ajeno a los territorios españoles.
Durante el desarrollo de las operaciones “Gento” y “Netol”, iniciadas en diciembre de 1957 para liberar las guarniciones que aún se encontraban sitiadas y replegarse hacia Sidi Ifni, la prensa siguió la misma línea. Parece obvio que el repliegue se realizó ante la imposibilidad de mantener el territorio y no voluntariamente, tal y como se afirmó en el Diario de Las Palmas el 9 de diciembre de 1957. Y es que por esas fechas ni siquiera la capital estaba asegurada, por lo que se puso en marcha la “Operación Diana”, una operación cuyo objetivo era establecer un perímetro defensivo en torno a Sidi Ifni. El éxito de dicha operación permitió mantener Sidi Ifni hasta 1969, pero el resto del territorio se abandonó.Sidi Ifni, quedo como asentamiento de la tropa enviada por Franco, en un numero aproximado de 10 000 soldados en defensa de los 150 Km2 aproximadamente, que es lo que quedo de la 51 provincia de España.
Las operaciones en el Sahara, al tratarse de un terreno más propicio para las unidades convencionales, fueron relativamente más sencillas. Sin embargo, el 13 de enero de 1958 el Ejército español sufrió la derrota más dura en Edchera. Sobre este combate, el Diario de Las Palmas publicó una crónica el 18 de enero que a la postre sería uno de los artículos más distorsionados. Aunque casi nadie se pone de acuerdo, lo cierto es que las 300 bajas que el Diario de Las Palmas otorgó al Ejército de Liberación parece una cifra un tanto abultada; sobre todo si se compara con el dato de Casas de la Vega, el cual habla de 50 muertos para el Ejército de Liberación y 40 para el Ejército español. El teniente Aguilar en cambio afirmó que las fuerzas españolas solamente pudieron recoger seis cadáveres enemigos, mientras que el Ejército de Liberación reconoció 12 bajas propias. Sea como fuere, es evidente que la cifra de bajas enemigas se manipuló, ocultándose además las bajas propias. En este punto es importante aclarar que los partes eran redactados por el Ministerio del Ejército, el cual siempre evitó ofrecer un recuento general de bajas, probablemente para evitar una cifra abultada. La mayor parte de las bajas en el Sahara se produjo durante el desarrollo de la "Operación Teide”, entre el 12 y el 20 de febrero. Gracias al éxito de dicha operación, las fuerzas españolas lograron el control absoluto del territorio hasta 1976."Gracias a la coordinación y apoyo de las fuerzas francesas" Sin embargo, el Diario de Las Palmas no se refirió a ella hasta 3 de marzo de 1958, cuando anunció la desarticulación total de las bandas armadas en el Sahara. El Régimen franquista también utilizó la prensa para transmitir su particular visión de los acontecimientos. En pleno proceso descolonizador auspiciado por la ONU era importante no aparecer como un país beligerante. Por ello, era habitual encontrar artículos que culpaban de la situación al enemigo. No obstante, no fue fácil explicar a la opinión pública quién era el enemigo. Cabe recordar que Franco se había erigido en defensor de los países árabes y suministró numerosas armas al Ejército Real de Marruecos. El problema se presentó cuando Marruecos entregó muchas de esas armas al Ejército de Liberación, pues tocaba elegir entre acusar a Marruecos -y por tanto quedar en evidencia- o mirar hacia otro lado. Nuevamente se optó por una solución intermedia: no se acusaba directamente a Marruecos, pero se dejaba entrever su vinculación. En consecuencia son numerosas las contradicciones del Diario de Las Palmas, que, a pesar de las evidencias, solamente fue capaz de acusar a Marruecos citando a un enviado especial del Daily Express el 1 de diciembre de 1958.
Lo cierto es que se prefirió achacar los ataques a una hipotética presencia comunista en el norte de África. Fueron numerosos los artículos que apuntaban hacia esta hipótesis, pero uno de los más llamativos se publicó el 16 de enero de 1958; en él se denunciaba una hipotética maniobra soviética para dominar África. De esta forma se intentaba atraer el apoyo de Estados Unidos. Sin embargo, el Gobierno estadounidense ya había sacado todo lo que necesitaba de España en los acuerdos de 1953 y ahora estaba más interesado en aumentar su esfera de influencia en el norte de África.
La prensa también se usó para transmitir una imagen de unidad nacional. Por ese motivo se llevó a cabo un exhaustivo seguimiento de los numerosos aguinaldos navideños que el Régimen organizó"no es cierto el que se repartieran aguinaldos a la tropa" para los combatientes y la visita de varios artistas de la época a Sidi Ifni, tal y como se informó en el Diario de Las Palmas el 6 de enero de 1958. Pero éstas no fueron las únicas muestras de afecto. También se organizaron numerosos actos en apoyo de los combatientes como una verbena celebrada en homenaje a los combatientes de Ifni el 8 de febrero de 1958 y un desfile militar celebrado el 20 de abril en Las Palmas de Gran Canaria El Régimen también encontró en la prensa la plataforma ideal para justificar el tardío colonialismo español en el Norte de África. Utilizando argumentos históricos, jurídicos o incluso económicos, como la importancia del territorio para las Islas Canarias, se intentó defender las posesiones del África Occidental Española (AOE). Con el objetivo de reforzar estos argumentos, el Gobierno español reorganizó el AOE, con lo que pasaban los territorios de Ifni y Sahara a ser provincias a partir de enero de 1958. De esta manera se mandaba un claro mensaje: los territorios no serían abandonados, máxime cuando se había decidido afrontar una guerra colonial.
Podemos concluir que el conflicto de Ifni-Sahara tuvo una presencia muy destacada en el Diario de Las Palmas. A pesar de la censura, el conflicto no pasó inadvertido para la opinión pública. La Guerra de Ifni-Sahara, más que una guerra silenciada, fue una guerra manipulada, puesto que el Régimen franquista, más que ocultar la información, la distorsionó. De hecho, se utilizó a la prensa para transmitir la versión oficial de los acontecimientos y ensalzar a los héroes de Ifni-Sahara. Por ello, la Guerra de Ifni-Sahara no fue totalmente desconocida para la sociedad canaria, pero la imagen que se ofreció no se correspondió exactamente con la realidad.
Saúl Cruz del Rosario (1986) es licenciado en Historia por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria en 2010 y ganador del tercer premio del 1er Certamen de Investigación de Historia de Canarias para universitarios de la ULPGC, convocado por la Fundación Canaria Archipiélago 2021 y el Departamento de Historia de la ULPGC