CONFERENCIA

                       CONFERENCIA
  
ANALISIS DE UNA       GUERRA

Todos los años, el 30 de junio, Marruecos celebra con grandes fiestas la reconquista del  territorio de Ifni, que lo fue,  gracias  a la diplomacia de rey Mohamed V  y a la dirección militar del príncipe Muley Hassan que con mano firme, doblego a las fuerzas españolas que ocupaban parte de su amada nación. (Según se manifiestan)
No les falta razón: El 23 de noviembre de 1957 fuerzas del Ejercito de Liberación, auspiciado por el príncipe Hassan ocuparon el 95% del territorio de Ifni, por lo que el ejército español  dejando 200 muertos, más de 500 heridos, (algunos mutilados por vida) 42 prisioneros y más de 80 “desaparecidos” parte de los cuales quedaron en el territorio muertos  sin recibir sepultura. Sus (cuerpos nunca se recuperaron), se tuvo que hacer fuerte en la capital, Sidi  Ifni (60Km2 de los 1700 que tenía el territorio)
Hoy después de 57 años, muy pocos recuerdan la  vergonzosa salida, (“por imperativo legal”) un 30 de junio de 1969 de lo que fue, por decreto “muy particular” la 51 provincia española, y menos de aquel 23 de noviembre de 1957
Adolfo Cano es  campellero y uno de los muy pocos que sobreviven  en la región valenciana a la “GUERRA QUE NO EXISTIO”.  Así lo quiso maquillar el franquismo, y de forma vergonzosa los sucesivos gobiernos de nuestra democracia, por no molestar al moro. Adolfo que lo vivió desde el primer día, queriendo poner su granito de arena, ha montado una exposición de fotografías  de la época y el día 30 de mayo a las 20h  será el ponente de una conferencia, donde profundizará sobre una guerra que se pudo evitar  Será presentado por el caballero paracaidista  D Emilio Simarro, y la poetisa Conchi Izquierdo nos hara recordar con un poema, a los que quedaron en aquel nefasto territorio, que fue Ifni .
Todo en la biblioteca Rafael Altamira de El Campello           Adolfo






5 comentarios:

  1. Soy el soldado con cara de niño y gorra de borla que esta en la cabecera de tu magnifico trabajo, y por el que te felicito muy sinceramente.
    Un saludo cordial.

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  2. Ya veo que se me ha adelantado mi amigo Diego a quien le avisé de esta noticia.
    La foto central de la derecha corresponde al laureado teniente Antonio Ortiz de Zárate y la foto central de la izquierda, no es la de un niño vestido de soldado, ya que es la de un soldado de verdad del año 1957. Es la foto de un combatiente en una guerra escondida en lo más profundo del olvido. Negada en los documentos oficiales, y ni siquiera la historia está segura que aquellos hechos ocurrieran. Sin embargo, es un doloroso recuerdo para los soldados que participaron en el conflicto armado del África Occidental Española. Unos, dejaron allí sus vidas; otros, la salud; otros, volvieron con el ánimo dañado ¿Qué consecuencias tuvo para el niño de la imagen aquella contienda? ¿Curó el tiempo sus heridas o, a pesar de los años transcurridos, siguen sangrando? Además, seguro que ha convivido con el incurable e invisible fantasma del daño psíquico. Pobre soldado, que ni su entrega ni su patriotismo merecieron algún reconocimiento.
    Porque todavía vive y yo le conozco, puedo decir que se trata de Diego Sánchez Cordero que combatió en el Regimiento Soria nº 9.
    Un saludo.

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  3. Soria 923 de julio de 2013, 2:02

    Estimado amigo: Me llamo Diego Sánchez Cordero y fui uno de esos soldaditos que se incorporaron a la guerra sin una mínima preparación militar. Para más señas y posiblemente a causa de un morterazo que estalló cerca de mí sin haber sido advertido de antemano de cómo se debía esperar el estampido, se me produjo una rara enfermedad llamada Ataxia que me tiene en una silla de ruedas y sin poder sostener la cuchara para comer. Nadie se ocupó de mí llegó mi licencia sin que se produjera la mínima atención por parte del Regimiento Soria nº 9 en el que estuve encuadrado.
    Después de muchos avatares de la vida que voy relatando en un blog y en otro en que un compañero ha tenido la ocurrencia de recopilar mis escritos sin ningún mérito, aquí me tienes haciendo un comentario a tu entrada al verme fotografiado cuando hice la mili.
    Si me vieras ahora, te darías cuenta que estoy irreconocible.
    Un cordial saludo
    Estimado compañero de fatigas: La verdad es, que la primera vez que vi tu fotografía creí en un posible montaje (alguien me quería gastar una broma) no podía ser que un niño en 1957 estuviera pisando aquel maldito territorio, quedé del todo sorprendido cuando detrás de la fotografía había un nombre y una historia. No se que edad tendrías pero supongo no más de 17años Así, si con 21 éramos unos crios…No se por que coño te dejaron ir a aquel infiernos del que salimos la mayoría con secuelas De aquella extraña guerra se habla de muertos, de heridos de prisioneros incluso de muertos “desparecidos” que quedaron en el territorio sin enterrar, pero pocos o nadie hablan de las secuelas que después de 55años arrastramos. La verdad amigo Diego (permíteme que te llame amigo) que aun con lo que pase como, se dice, me doy con un canto en los dientes los que perdí también en una extraña enfermedad en nada comparable al estado en que te encuentras. Recibe mi respeto y mi admiración por tu fuerza y coraje y un abrazo Adolfo

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  4. El comentario de Diego del 23 de julio de 2013 es el que he puesto en su foto y mi respuesta es la (aunque queda muy junta )es la que la hice. Gracias por entrar en mi blog. Un abrazo a los doa Adolfo

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  5. Del blog. CACHOS DE VIDA (Diego Sánchez Cordero)
    EN UN LUGAR DE ÁFRICA.

    No todos los episodios de la vida los borra el tiempo. Siempre quedan restos que se resisten a morir del todo. Y son pequeñas cosas dentro de un contexto importante, las que vienen con más claridad y frecuencia a la memoria. Quizás sea por eso, que no se me olvidan hechos insignificantes de mi paso por la contienda bélica que habría de marcarme para toda la vida. Son los recuerdos del día a día de un soldado perdido en una tierra que nunca sería suya. De un héroe anónimo, de esos que pasan desapercibidos, que ni siquiera los tiros de su fusil suenan. De un mercenario en un ejército regular, pagado con tres pesetas por jornada. Con el deber de obedecer y morir y soñar cuanto quisiera. Y cantar o que te cantaran canciones patrióticas, a una caja envuelta en una bandera. Son las cosas que pienso hoy, impulsado por aquellos remotos recuerdos. Entonces mi vida era más simple, más insignificante, más monótona…Pero con muy escaso valor. Trascurría entre caminatas, trincheras, guardias y tiros; entre cantimploras sin agua y latas de sardinas; entre mosquitos y pulgas; entre partidas de cartas, borracheras y putas militarizadas. Y las misas de campaña y las confesiones tras una piedra ¡Son tantas las cosas que pasaron y que nunca se contaron! ¡Son tantas las que se dijeron y nunca ocurrieron! ¡Son las verdades de las guerras! ¡Las mentiras de los documentos oficiales! Datos para estudiosos e historiadores. Las guerras siempre se pierden. Esta se perdió, y también el lugar que ocupábamos en otro continente.

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