Últimamente algunos historiadores basándose en los archivos de Simancas consideran que Santa Cruz de la Mar Pequeña tiene su origen en 1496 con los Reyes Católicos



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ÁFRICA
Un espacio dedicado a recoger la historia de la presencia española en el norte de África, olvidada, pero sin duda necesaria para entender la Historia de España y posiblemente su futuro.

Sparkline 17895
13 de agosto de 2012

ESPAÑA EN LA COSTA ATLÁNTICA DE ÁFRICA
Paralelamente a nuestra presencia en la costa mediterránea de África, se produce la incursión de España en su costa atlántica.
En  1402 se inicia la conquista de las islas Canarias con la expedición a Lanzarote de los normandos Jean de Bethencourth y Gadifer de la Salle, sujetos al vasallaje de la Corona de Castilla y con el apoyo de la Santa sede.
Entre 1448 y 1459 se produjo una crisis entre Castilla y Portugal por el control de las islas, cuando Maciot de Bethencourth vendió el señorío de la isla de Lanzarote al príncipe portugués Enrique el Navegante, lo cual no fue aceptado por los nativos y castellanos residentes en la isla que iniciaron una revuelta que expulsó a los portugueses. Gran Canaria fue conquistada directamente por la Corona de Castilla, y desde ella, comienza la conquista de las demás islas occidentales, como la Palma o Tenerife. En 1496 culmina la conquista de Tenerife, siendo la última de las islas Canarias que queda incorporadas a la Corona de Castilla.
 En 1476 Diego García de Herrera, después de conquistar algunas de las islas Canarias y vender sus derechos feudales sobre ellas a los Reyes Católicos, se estableció en las costas del denominado por entonces Mar Menor de Berbería, sobre una fortaleza a la que puso el nombre de Santa Cruz de la Mar Pequeña. Estaba localizada en una ensenada conocida en esa época por los españoles como Mar Pequeña y actualmente como Puerto Cansado. Esta primera torre desapareció en 1485, aunque para ese año ya funcionaba otra factoría llamada San Bartolomé en Cabo Juby.
Lo que fue solo una ocupación de hecho se convirtió a  partir del 4 de septiembre de 1479, con el Tratado de Alcacovas, en algo de pleno derecho. Por este tratado Castilla reconocía las posesiones de Portugal en Fez y en la costa de Guinea y, a cambio, Portugal reconocía la de Canarias para la corona española.
El reparto africano se alteró con el descubrimiento de América, lo que obligó a ambas potencias a solventar sus discrepancias con el Tratado de Tordesillas, firmado el 7 de Junio de 1494. En él además de los límites atlánticos se establecían los del norte de África: Portugal se quedaba con el reino de Fez y Castilla con el de Tremecen, las ciudades de Melilla y Cazaza y la costa africana frontera con las Canarias, desde el cabo Bojador hasta el cabo Güera y la desembocadura del río Messa.
En 1495 Los Reyes Católicos dan órdenes a Alonso Fajardo, gobernador de Canarias, de reedificar la torre de Santa Cruz. Diego de Cabrera, enviado de Fajardo, viaja a la costa africana para entablar negociaciones con los jeques locales de cara a obtener facilidades al establecimiento español. En agosto de 1496, tras la aceptación de los jeques a convertirse en vasallos de Castilla, parte hacia Mar Pequeña una flotilla de cinco buques con materiales de construcción, albañiles y una escolta de soldados, iniciándose las obras que se terminarán en noviembre de ese mismo año.
La torre tendría planta cuadrada con ocho metros de lado y varios pisos. En el superior existían troneras y la terraza estaría defendida por un muro almenado. Sus funciones serían las de defensa y atalaya. Almacenes y tiendas montadas por los comerciantes ocasionales completarían el conjunto que estaría rodeado por un muro.

En junio de 1497 los Reyes Católicos ponen bajo su salvaguarda a todos los comerciantes magrebíes y saharauis que acudieran a la factoría, salvaguarda que se extendía a los que pagaran parias que no podrían ser atacados y capturados como esclavos. El volumen de negocios que se contrataba en la torre de Santa Cruz dejaba a la Hacienda Real unos cien mil maravedíes al año. Esto llevó a plantearse una mayor implantación española en la zona.
En febrero de 1499, cinco tribus que habitaban el valle del río Draa: Tagaos, Tagamarte, Ufran, Tamanarte y Aulajamar, que los castellanos englobaban en un reino llamado Bú-Tata, se declararon vasallos de los Reyes Católicos y al año siguiente se decide la construcción de nuevas fortalezas en cabo Bojador, la desembocadura del río Asaka y cabo Nun, (desembocadura del Draa) pero el proyecto no fructifica.
Las disputas por los límites de los reinos de Fez y la costa fronteriza de Canarias llevaron a castellanos y portugueses a una nueva reunión. La convención de Sintra de 1509. Allí se estableció que la zona española en el norte de África comenzaba seis leguas al oeste del peñón de Vélez de la Gomera y se extendía hacia el este. Portugal tendría desde ese límite hacia el oeste, con toda la costa occidental menos la torre de Santa Cruz del Mar Pequeña, cuyos derechos de posesión se reconocían a España plenamente.

Santa Cruz es tomada por las tropas de los Jerifes Saaditas en 1524 y el resto de los asentamientos y factorías españolas son paulatinamente abandonados de forma que a finales del siglo XVI no queda ninguna.

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