, UNA REFLEXION
Recuerdo en mi niñez, que la familia se desplazaba al pueblo de mi madre (años hace) a “veranear”. Lo cierto es, que en el pueblo se comía de la matanza del cerdo, que todos los años con una cierta ceremonia sacrificaban, pero ocurría que a mi no me gustaban aquellas señoriales morcillas, porque el sabor era diferente al que tenia acostumbrado en la capital. La explicación era simple, el niño se había acostumbrado a comer “mierda” y un huevo recién cogido le sabia raro.
Pues bien, hoy con mis 78 años, recordando aquello, me doy cuenta el estar viviendo en esta España nuestra, lo mismo que en mi pasada juventud, acostumbrado a la mentira y la corrupción, encuentro toda esta mierda hasta natural, y otra cosa seria casi desagradable por no conocido
Habría que “comer” diferente durante una generación…o dos
Adolfo Cano Ruiz
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